Capítulo 49: La subasta del camuflaje

496 69 4
                                    

Yarah

Salí del baño de damas luego de retocar un poco mi maquillaje, aunque, también salí huyendo por cuenta de un hombre que resultó ser cantante, el sujeto no dejaba de perseguirme y al menos Daehyun intervino, pero, luego de eso se la pasó pegado a mí y justo ahora que egresé del tocador, está allí de pie, esperando como un niño obediente.

—¿Qué haces aquí todavía?

—Debo custodiarte.

—¿Por qué?

—Para que no te molesten.

—Ajá, es por eso o porque la modelo te estaba siguiendo—agregué al encaminarme por el pasillo.

—Es un 2x1… cuidado al bajar—me tomó de la mano y lo hice a un lado—, solo te ayudaré—murmuró y me sostuve de su brazo, analizando cada uno de sus movimientos.

—Tú estás jodidamente diferente, ¿qué te sucede? Tus padres te llamaron de nuevo para que vayas a citas a ciegas o para acelerarte con que te cases con quien elijan, ¿qué es?

—Ni una ni otra—musitó un poco apagado.

—¿Estás enfermo? —cuestioné y le medí la temperatura con mi mano—No, estás normal, ¿por qué estás rojo?

Se apartó y sonrió. —Aquí hace un poco de calor—aceleró el paso lejos de mí.

—¿Calor? La calefacción está perfecta, es tibia, un punto perfecto entre el frío y el calor… ese idiota tiene problemas de personalidad—finalicé.

Xia se encuentra guiando la subasta de las pinturas y dentro de un rato será mi turno, ni siquiera entiendo el motivo por el cual me contactaron, o sea, últimamente he estado dando consejos en mi perfil sobre medicina y lo que conlleva estudiar la carrera, aunque también he hecho algunos vídeos cortos y graciosos sobre las vivencias en la residencia con el resto de mis compañeros, y mis redes sociales crecieron en un abrir y cerrar de ojos. Incluso afuera algunos declararon su amor por mí, mientras que otros quieren emparejarme con Daehyun…

Reí al recordar aquella escena y más por el semblante que tenía Dae, sus orejas se tiñeron de rojo y todo. —Oye, a ti te gustan estos—se acercó a mí y tendió un pastelillo, mordí un trozo y desvió la mirada en cuanto lo vi.

—Cosa, qué te pasa, estás actuando distinto a como sueles hacerlo.

—Te ves guapa.

—Ah, te sientes cohibido por mi belleza cuando me visto de damita—me mofé y golpeé con levedad su espalda—. Pobre bebé—lo tomé de las mejillas y le lancé un besito—, ven, ya deja de actuar raro que me haces sentir un poco incómoda—pedí al pasar mi brazo alrededor de su cintura.

—Bellota—refunfuñó.

—No me gusta ese apodo—me quejé.

—A mí sí, eres idéntica a Bellota, tu personalidad es una copia de ella.

—Cuando encuentre a quien te pareces, no quiero que te quejes—advertí—, ahora amigo mío, vamos a asaltar la mesa de bocadillos antes que deba subir al estrado—tiré de él.

Xia

La primera parte de la subasta finalizó, ahora Yarah es quien se encuentra atendiendo el evento y yo tuve que darme una escapada, los zapatos me están matando, tenía un buen tiempo sin usarlos por un prolongado período de tiempo.

Me senté en la baranda de piedra del edificio, su estilo asemeja mucho a un castillo por su arquitectura al igual que en el interior que está adornado a la perfección, me sentí como una dama de la nobleza como aquella vez en el cumpleaños de Dayana.

Los pasillos tienen oídos/Operación: no te enamores de CupidoWhere stories live. Discover now