Que comience el juego

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Una semana después...

Desperté con un bello Gryffindor a mi lado, Oliver ha estado conmigo toda la semana y no se ha separado de mi, supo que Malfoy me molestaba y tuvieron un encuentro, no le tomaba mucha atención, solo cruzábamos miradas de vez en cuando en clases, sus comentarios seguían siendo hostiles como siempre, pero la verdad estaba muy feliz con Oliver como para amargarme la vida por Malfoy.

-Buen día Preciosa.- escuché una voz ronca y adormilada.

-Buen día Wood.- respondí con una sonrisa.-Vamos tarde, deberíamos ducharnos.

-Tienes razón, pues vamos.

Nos metimos a la ducha, luego nos secamos, vestimos, retoqué mi maquillaje, cepillé mi cabello y dientes...

-Tu cada día estás más hermosa sin duda alguna.- exclamó con sus ojos puestos en mi.
Lo besé antes de salir de mi habitación, bajamos a la sala común jugueteando.

-Pero si es la pareja más patética de Hogwarts.- dijo Malfoy.

-Y aquí vamos de nuevo.- exclamé con voz cansada.

-Déjanos en paz Malfoy.- habló Oliver molesto.

-Y sino que, ¿Wood?.- contestó Malfoy con un tono desafiante acercándose a nosotros.

Me coloqué en medio de los dos...

-Basta ya, vámonos Oliver, no vale la pena.

-Claro que si valgo la pena, pequeña perra.- escupió Malfoy.

-¿COMO LE HAZ DICHO?.- al escuchar el grito de Oliver me asusté.

Lo tomé de la mano y rápidamente salimos de la sala común, lo abracé y calmé su ira.

-No deberías hacerle caso a ese idiota.- exclamé.

-Lo sé, pero no permito que te hable de esa forma.- respondió él.

Sonreímos y caminamos al comedor, vimos a Madie, aquella chica que hablaba con Oliver el primer día, nos miraba con disgusto, en cuanto cruzaron miradas noté como Oliver se tensó, se despidió de mí y fue a sentarse a su mesa.

Tomé desayuno normal con Lorenzo, platicando cosas triviales, no vi a Malfoy por lo cual me intrigué, luego de acabar me dirigí a mis clases, caminando por los pasillos escuché un ruido bastante peculiar que provenía de los baños, Mila curiosidad me ganó y sigilosamente me acerqué...ahí estaba aquel platinado apunto de follar con Pansy, sintió mi presencia, me dedicó una mirada y una sonrisa maliciosa mientras tocaba a Parkinson, volteé y salí de ahí tan rápido como pude, me molestó de cierta forma, ni idea porque, pero me dio repulsión.

Entré a la primera clase, aún no llegaba Snape entonces me dispuse a conversar con los gemelos Weasley, ellos como siempre con sus coqueteos y bromas sin sentido.
Entró Malfoy aún acomodando su corbata, no me molesté en verlo siquiera, escuchamos a Snape reclamando afuera del salón entonces rápidamente nos comenzamos acomodar, me fui a mi puesto, pensé que Lorenzo se sentaría conmigo pero no, en cambio sentí como Malfoy se acomodaba a mi lado...

-Que haces Malfoy, ve a sentarte a otro lado.- exigí.

-Me siento donde se me da la puta gana, Peverell.- respondió; rodé los ojos y me limité a tomar atención.

Todo iba bien en clases, hasta que siento una mano en mi muslo, giró mi mirada hacia esa mano sobre mi, luego a Malfoy que estaba escribiendo en su pergamino y tomando atención, como si nada.
Tomé su mano e intenté sacarla pero me la apretó, solté un pequeño jadeo de dolor...

-Joder Malfoy, suéltame.- susurré entredientes.

No me respondía, entonces coloqué mi mano sobre la de él intentando sacarla pero solo apretaba más.

LA MALDITA APUESTA (Draco Malfoy)Where stories live. Discover now