Capítulo 38

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"Un amor como el de la luna y el sol, que a pesar de la distancia, saben que se tienen uno al otro. Que a pesar de sus diferencia, se aceptan tal y como son. Y que juntos, crean un eclipse perfecto."

-Jimin

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-Jimin...

Una voz me llamaba a lo lejos. Se escuchaba tan lejana, que me negaba a seguir oyéndola cuando el sueño, la tranquilidad y la serenidad me envolvían.

Pero era como si a la Diosa luna no le gustara verme con algún tipo de paz, porque solo pasaron segundos para sentir movimientos en mi brazo.

Jadée molesto, el agarre era demasiado fuerte y ya veía como quedarían sus dedos marcados en el. 

Fui abriendo los ojos de a poco, acostumbrándome a la nueva luz que me arropaba y al mismo tiempo, por mi mente pasaban imágenes de los últimos acontecimientos. 

Lo último que había pasado antes de desmayarme.

Lucifer.

Astartea.

Taehyung.

Felix.

Jungkook. 

Termine de abrir los ojos de golpe y por la exasperación, quede sentado en el sillon. Mi pecho bajaba y subía con una velocidad sorprendente y mis ojos empezaron a producir lágrimas.

¿Donde estaba?

¿Había sido un sueño o de verdad Jungkook había vuelto por mi?

-Jimin...- Mire al origen de la voz y lo que me encontré me dejó helado.

"Alfa"

De pronto, la pena que había sentido en mi pecho por meses desapareció, siendo reemplazado por un nuevo sentimiento de amor. Lo tenia de vuelta y no podía sentirme mas dichoso por ello.

Ya no está solo porque lo tenía a el conmigo.

Nunca mas mi lobo se sentiría desamparado por su ausencia. 

Porque tenía frente a mí, a su alma gemela.

Y aunque este debería ser el momento mas feliz de mi existencia, sentí miedo.

Miedo de que esto fuera un sueño y que al despertar, mi corazón se volviera a romper.

Ignore las palabras de mi lobo y como mi vientre me lo permitió, me arrinconé en una esquina de la cama y lo observe mirarme con miedo en sus ojos.  

-Taehyung...- Un susurro fue lo único que pudo salir de mis labios y poniendo una mano sobre mi vientre para acariciarlo. 

Sentía como mis mejillas empezaban a teñirse de un cálido rojo y empezaba a parpadear rápidamente, tratando de despertar de esta alucinación. Eran demasiadas las emociones que me invadían. 

La Morte me protège | Kookmin| OmegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora