Las personas también son canciones de @BlueeRainS

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August Beckett es uno de los ídolos pop más populares de Gabhaden. Es guapo, carismático y, aparentemente, tiene la vida soñada que cualquier aspirante podría desear, pero lo que no todo el mundo sabe es que detrás de esa fachada encantadora hay hilos colgando de sus muñecas hasta las manos de E.M., la directora de Diamond Star, la titiritera de toda la compañía. 

Anhela por el día en que su contrato termine y se libre, por fin, de las garras de la obsesiva mujer. No es hasta que se une una nueva artista, Eleanor Rowan, una simple empleada local, que se verá inmerso en la necesaria misión de protegerla de la farándula y del acoso cibernético luego de que una de sus amigas más cercanas, Amy, sufriera un trágico suceso.

Eleanor está segura de que ella misma puede defenderse del trato injusto de sus superiores y de los comentarios de los haters, pero en el camino descubrirá que no es tan fuerte como quisiera.


Comentarios generales:

Las personas también son canciones es una historia cuyo tema principal es una crítica hacia el abuso de poder, la manipulación, la injusticia y el odio que muchas veces viven nuestras estrellas favoritas.

La historia como tal comienza cuando Eleanor es aceptada por Diamond Star, la disquera y empresa de entretenimiento que lidera en la ciudad de Gabhaden. Nuestro protagonista, August, está sorprendido por que la chica con la que tuvo un encuentro incómodo en la pastelería de su prima esté ahora bajo la tutela de la misma compañía para la que él trabaja, y al mismo tiempo está enormemente preocupado ya que, hace poco, fue castigado por desobedecer las órdenes y decisiones que la empresa quería para él con respecto a la colaboración de una marca, y teme que, al ser una chica nueva, abusen de ella.

La travesía de estos dos personajes a lo largo de la historia básicamente es un vistazo a lo que hay detrás de la cortina.

A mí me gusta el k-pop desde 2017. No estoy segura si la autora se basó en el sistema que se lleva a cabo en Corea del Sur (y en muchas otras compañías de música de Asia), pero la forma en la que presenta a Diamond Star me recuerda mucho a esa cultura.

Como fans del k-pop ver a nuestros artistas favoritos pasar su audición, ser reclutados, entrenados y finalmente presentaron en el escenario nos parece la mejor hazaña que puede lograr un músico, un bailarín o hasta un modelo en plena adolescencia. Y, por lo tanto, en muchos aficionados nace el deseo que llegar a ser grandes estrellas como estas personas, pero nosotros solamente vemos la ropa de lujo, los viajes, los conciertos y los contratos con marcas famosísimas e ignoramos el trabajo que hay detrás.

Dentro de la comunidad del k-pop se conocen casos en los que los artistas tuvieron que comenzar sus carreras en situaciones precarias, como BTS que comenzó con una compañía que en ese entonces era muy chiquita, o inclusive empresas pequeñas de la actualidad que no logran afrontar los gastos que demanda seguir llevando a cabo los proyectos que tienen en vigencia, por lo que se da esas situaciones de disolvencia de un grupo musical. 

Ahora, además de esto se conoce a la comunidad del k-pop por ser demasiado escandalosa. Solamente en Corea del Sur los artistas tienen que ser muy cuidadosos con su imagen, con lo que dicen y con las decisiones que toman porque se pueden desatar rumores que afectan con magnitud sus carreras. Un ejemplo sería la relación que tuvieron Hyuna y Dawn (solistas) que obligó a los mismos a abandonar la empresa en la que trabajaban y, tristemente, la carrera de uno de ellos no despegó después de esto.

Esto es el tema central que aborda LPTSC cuando propone una relación entre nuestros protagonistas. Que si bien es un tema interesante y que debería de ser visible, en especial para los fanáticos tóxicos que únicamente ven dioses que no se equivocan en lugar de personas, sin embargo... no siento que la ejecución fue del todo adecuada.

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