Una cruel broma

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El momento del almuerzo es un poco caótico, principalmente por la espera de los alimentos mientras hace una larga fila, ya que muchos chicos quieren estar sentados hablando con sus amigos aprovechando estos momentos. Esto lo tienen en común las escuelas privadas como públicas, aunque puedo decir que la diferencia entre la comida es bastante notoria.

Una vez teniendo mi almuerzo en mis manos, me dirigí a un lugar que esté completamente aislado y alejado de los demás estudiantes, deseando que el día no se hubiera puesto en mi contra. Ya que los agresivos vientos y las fuertes lluvias atacaron esta mañana de otoño. Las ventanas se estremecían, deseando entrar en el recinto, las gotas caían como fuertes balas, todo era tan maravilloso, un momento perfecto para estar en casa bajo una manta y leer un libro; pero el destino no lo quiso así.

Suspiro observando a mi alrededor, todos ellos riendo y compartiendo con sus amigos, suspire con anhelo, quisiera poder relacionarme así alguna vez con amigos, ya sea de aquí, de la escuela o en el grupo. Aún me cuesta un poco hablar con algunos de ellos, puesto que con Wally he mejorado un poco gracias a las bromas que le hace a los demás, con Megan deje la vergüenza aun lado y podemos hablar por horas sin cansarnos o con Kaldur, quien me ayuda en los entrenamientos y me da consejos para que pueda hablar con los dos individuos faltantes.

Robin y Superboy, quien el primero está aún enojado por mi actitud en la isla de Santa Prisca, solo se dirige a mí en donde la situación lo amerita. Por otro lado, Superboy, al tener una personalidad tan volátil, se me es difícil acercarme a pesar de los múltiples intentos que lo encuentro solo o con Megan.

Una mano frente a mí me saca de mi mente, era una chica de mi clase, esta me estaba hablando, pero al estar concentrada en mis pensamientos no la oí.

- Hola, ¿mmm Elizabeth, cierto? – dijo la rubia con una sonrisa alegre, ante su pregunta asentí un poco dudosa, ya que ella nunca se había acercado a mí para hablar – Me preguntaba si ¿me acompañas un momento a sala de profesores? Es que la señora Hurt te está buscando – sé que se me hace raro que me hablen, pero el hecho de que la profesora de lenguas internacionales me esté buscando, es algo que debo de atacar.

Me levanté de mi sitio, tomé mi teléfono y salí detrás de ella, esta me guiaba por los pasillos a una dirección contraria a la sala de maestros.

- - Disculpa, esto... - tartamudeó, mirando a su alrededor con ansiedad-no creo que sea por aquí, - se detuvo, buscando las palabras adecuadas - la sala de docente está en el área contraria a esta, ¿no? - preguntó con voz temblorosa, esperando que la otra persona no tuviera malas intenciones.

- Oh tranquila, ya casi llegamos, ella está por el salón de audiovisual – me indico la chica calmadamente, sonriendo de manera tierna. En mi interior las alarmas estaban encendidas y no sé por qué, mis manos hormigueaban, los dedos chispeaban – Y listo, solo debes de pasar la puerta – hizo un ademán apuntando a la puerta.

Suspiré y solo entre, empujando la pesada puerta del salón donde hacían todo tipo de conferencia y clases, espejos, el entorno estaba oscuro y solo se veían las siluetas de los muebles hasta que un líquido viscoso se pegaba en mi piel y uniforme, era un olor fuerte a químico, fui empujada para adentrarse más al espacio hasta que algo voló encima de mí y cosas peludas se adhieran a mi cuerpo. No sabía lo que pasaba, mi mente estaba bloqueada y una fuerte luz me cegó, risas se escuchaban por todos lados.

Unas sombras me rodearon y un teléfono me apuntaba directamente a la cara, la voz de un chico dijo que saludara a la cámara, pero solo sentía las ondas sonoras que estaban por el lugar, mi mente totalmente bloqueada solo se levantó y escapó buscando un lugar donde sentirme segura. Lo próximo que recuerdo es estar en una bañera, dos pares de ojos mirándome con pesar y tristeza.

Hope and night - Dick Grayson (Robin)Where stories live. Discover now