Siempre que Giselle trata de evitar problemas se ve envuelta en otro mucho peor que en el anterior, y todo involucra a un rubio que le gusta sacar su lado travieso con ella solo para molestarla... Aunque eso le comenzará a beneficiar a Giselle.
La...
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Después de todo el agetreo no me gusta lo que sucede después. BangChan es la misma garrapata de siempre, bien encrustado en mi piel que casi ni se siente, pero venga, que Hyunjin le haga segunda me está dejando sin aire. Tantita madre.
El risitos de oro mantiene nuestras manos unidas, siento que poco a poco nuestras palmas comienzan a sudar, pero no creo que eso lo inmute, más Hyunjin una que otra ocasión le echa una miradita de esas que matan. Ni si quiera porque estoy lisiada dejan de provocarse el uno al otro, aunque tampoco me vendría mal que intenten por lo menos hablarse aunque conlleven insultos de por medio, les debo esa libertad por lo que hicieron por mi. Ah, y claro, después de todo agradezco también que delante de mis papás no demostraran la molestia que les provoca estar junto al otro, no como ahora sucede.
—¿No tienes clases tú? —Al fin dijo algo el pelinegro, y no directamente hacia mi. Yo sé que quería hablar, a mi no me engaña.
—En unos minutos probablemente.
Prefirió responder atento a mi antes que a Hyunjin. Aquella forma tan absurda de evitarlo no me hace gracia, menos si yo soy la excusa.
—¿Almorzaron?
—No, preciosa. —No pienso señalar a quien me respondió siendo tan obvio— ¿Tú?
—Tengo qué, y tú también —regaño.
—Deja que se muera de hambre. Total, la basura debe degradarse en algún momento.
—¿A poco vivirás para contarlo? —BangChan se muestra impresionado al momento de agrandar su boca— ¿Qué va? Los milagros sí existen.
Dios me ampare.
Toco con la punta de mis dedos la gasa, sentí dolor.
BangChan se percata de mis muecas, por eso me detiene solo para socorrerme.
—¿Quieres ir al hospital?
—No, ¿qué? —niego con mi cabeza—. Solo torcí un poco mi boca y me dolió, no fue nada.
—Si persiste debemos de llevarte al médico de nuevo —sugiere el otro muchacho.
—Si eso incluye que se traten decente unos minutos, entonces llévenme con todo gusto.
—Ah, gracias por recordármelo. —Hyunjin quitan toda su preocupación para cuando se dirige de nueva cuenta a BangChan—. ¿Quién mierda es Roel? ¿por qué estuvo preguntando por Giselle a cada rato? ¿no es el que estuvo con ella cuando la sacaste del edificio?
—Sí, era él.
—¿Y qué quería? —insiste con otra pregunta.
—Ahora que lo sacaste también me recordaste lo que les iba a decir, o más bien a Giselle, pero de igual manera te lo diré porque tal parece que tampoco piensas despegarte de ella.
