d i e c i s i e t e

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BangChan retira la paleta de la boca, la mira, y la vuelve a meter para seguir saboreándola

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BangChan retira la paleta de la boca, la mira, y la vuelve a meter para seguir saboreándola. La razón por la que me quedé embobada por esa asquerosa escena es porque es muy ruidoso hasta tratando de comer una paletita del tamaño de una almendra.

Pero he de mencionar que me acaba de antojar una.

—Gigi. —Que me llamara hace volver a caer en mi cuaderno, pero estoy atenta a lo que dice— Estuve pensando mucho estos días.

—¿Piensas?

—Para tu suerte sí, y mucho —asoma su cabeza por encima de la mesa para verme, pues no parece querer sentarse en los sofás que, justamente, fueron diseñados para eso.

Como solo estamos los dos en la biblioteca y la encargada está muy ocupada en su celular, BangChan se da la libertad de permanecer acostado. Se ve tan cómodo ahí tirado; Su piernas doblegadas parecen disfrutar de todo el espacio libre que tienen.

—¿En qué estabas pensando?

—¿Cómo hago para que tu papá me vuelva a querer?

—¿Te quiso antes?

—¿Quién no? —Esa parte narcisista suya me cuesta darme gracia, pero prefiero bufar antes que burlarme de él por ridículo— Anda, ayúdame a caerle bien.

—¿Por qué te importa tanto eso? A Louis nadie le cae bien. A mi mamá la ama, sí, a mi a duras penas y me tolera, pero de ahí en más solo es amable por compromiso —aligero mi tono para soltar lo siguiente—: No te tomes tan apecho sus actitudes, él es así con todos.

—Entonces ayúdame a que deje de estar molesto conmigo. Capaz y así ya me deje volver a llevarte a tu casa, ser tu chofer es divertido.

—Me pides bajarte la luna y las estrellas en dos días —doy vuelta a la hoja del cuaderno para seguir escribiendo—. Y no te denomines de esa forma, me haces sentir mal.

—¿Qué? ¿provoco algo en ese corazón de piedra? ¡debemos festejarlo!

Un mensaje nuevo llega a mi bandeja de entrada. De inmediato supe de quien era porque no tengo registrado su número, y ver lo que me mandó me lo comprueba y me hace suspirar con pesadez.

—¿Todo bien?

—Roel ya me envió la dirección del bar al que iremos.

—¿En serio crees poder convencer a tus padres de salir tan tarde de tu casa? Muy apenas y te dejaron ir a la cafetería —dijo muy inseguro. Lo miro de reojo.

—Me planeo escapar.

—Así empeoras las cosas, pero está bien, te ayudaré.

—No —suelto con dureza, cayendo en él por completo—. Tú no irás.

—¿Me repites cuántas han sido las veces en las que te he hecho caso?

—BangChan, hablo en serio. —El muchacho mete el dulce a la boca, muy burlón—. No quiero que vengas con nosotros. Eso te va a involucrar inmediatamente.
 
—¿Y? —saca el dulce después de chupalo para poder hablar—. Si se trata de ti tocaría el mismísimo sol con mi mano.

idfc | Bang Chan; Stray Kids (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora