Capítulo 6

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— ¿Qué hacen, mis amores? — Felix se acercó a padre e hijo, ambos arrodillados con expresión de concentración y manos laboriosas.

Hyunjin alzó la vista cuando sintió a Jeongin removerse en brazos de su madre. Limpió rápidamente sus manos en el overol de mezclilla que llevaba puesto y tomó al pequeño cachorrito.

— Niki, ese no, amor — llamó la atención del niño cuando divisó su manito cerca de lo que parecía ser lechuga, pero sin despegar sus ojos de Jeongin — debes cortar las malitas y esa está bien.

Felix rió con ternura cuando los cabellos rebotaron en su frente al asentir. De igual manera, tomó la gomilla que descansaba en su muñeca en caso de querer recogerse el cabello, y armó una pequeña coletita. Habían intentado cortar el cabello de Niki, más que nada para la comodidad del niño, pero se había negado, alegando que quería tenerlo tan largo y bello como el de su mami.

— ¡Huerta con papi, mami! — chilló entusiasmado.

— Eso veo, amor. ¡Lo están haciendo muy bien!

— Papá dijo: ¡Sacar las malitas! y luego, me dio esto — elevó una palita amarilla con punta triangular, demasiado afilada a ojos del omega.

— Alfa, no debería estar cerca de algo tan puntiagudo — le recriminó al mayor.

— Omega, si no lo dejamos tocar y sentir ¿cómo va a aprender? Además, prometo que lo estoy vigilando. Debe hacer las cosas por sí mismo.

Felix sonrió en grande ante la declaración, su lobo aullando dentro de su pecho por el increíble alfa y padre que tenían.

— Tienes razón — besó su frente y labios para luego dejarse caer de rodillas a un lado — ¿puedo ayudarlos?

— ¡Mami ayuda! — gritó entusiasmado Niki. Sin embargo su ceño se frunció de manera repentina cuando la manito de su hermano se apretó sobre las hojas de una zanahoria — esa no, Jeongin... papi dijo malitas.

— Creo que debes enseñarle a tu hermano cuáles son las malitas, cachorro — intervino Hyujin una vez más, cambiando la expresión del niño por completo.

— ¡Sí! mira, hermanito, las malitas tienen color cafecito. Esas ya no viven.

— Buen cachorro.

Jeongin no le tomó demasiada importancia a lo que Niki decía, más bien se entretuvo con el colgante de cruz de su madre y los bonitos tatuajes de su padre. Hyunjin, en cambio, siguió instruyendo al mayor en horticultura.

Entre los cuatro, más bien tres, pero se apreciaba el apoyo de Jeongin entre balbuceos, cortaron la hierba mala, transplantaron algunas plantitas y sembraron nuevas semillas.

Niki terminó lleno de tierra húmeda, de pies a cabeza, sin su sombrerito amarillo que Felix le colocaba cada vez que salía de la casa, y pies descalzos. El alfa mayor no estaba muy alejado, con suciedad hasta debajo de las uñas y cabello enmarañado. El único que había terminado medianamente bien había sido Jeongin, ya que se había quedado dormido sobre el pecho de su mamá.

— Vayan a darse una ducha, apestositos — Felix río cuando los vio intentar ingresar a la cocina de esa forma — haré algo rico para almorzar y cuando estén limpios y relucientes, comeremos.

Hyunjin se carcajeó cuando Felix rehuyó de sus labios. El omega nunca le negaría un beso, pero realmente estaba muy sucio. Se conformó con un suave toque de caderas y marchó escaleras arriba con su hijo.

Tiempo después, y mucho tallado con esponja, bajaron a tropezones. Ninguno de los dos quería estar más tiempo lejos de los otros dos integrantes de la familia. Felix se puso de rodillas en el suelo y abrió sus brazos.

the family's farm | hyunlix Where stories live. Discover now