Capítulo 14

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— ¡Ven con mamá, bebé! vamos, Innie, yo sé que puedes... — Felix estaba sentado en un extremo del salón mientras Hyunjin junto al más pequeño de la casa se encontraban en la esquina opuesta.

Hace un par de semanas Jeongin había comenzado a darles indicios de que tenía demasiadas ganas de empezar a caminar. Por más que el bebé gateaba ya hace un tiempo, nunca había dado sus primeros pasos, por lo que ambos adultos se encomendaron la tarea de intentar que eso sucediera en un lapso corto de tiempo.

Niki también estaba sentadito a un lado de su mamá, estiraba sus bracitos y llamaba con esa vocecita tierna a su hermano, esperanzado de que el cachorro acudiría a sus brazos.

— ¡! — chilló emocionado entre tambaleos. Se frustró un poco cuando cayó sentado luego del primer paso pero rápidamente Hyunjin lo puso sobre sus piecitos y besó sus mejillas para alentarlo.

— Vamos, bebé, ve con mamá — el alfa instruyó — solo un par de pasos, hijo.

— ¡Ven, Innie! — Niki le sonrió — ¡Te prestaré mi autito!

Ante la mención del preciado juguete que Niki cuidaba prácticamente con su vida, el bebé pareció alegrarse porque enseguida afianzó sus regordetes muslos y entre temblores dio el primer paso.

Los lobos de los integrantes restantes estaban frenéticos, chillando y jadeando ante el desarrollo. Felix liberaba feromonas que invitaban a sus hijos a acurrucarse en su cuello y a su alfa a algo más, pero no lo culpen, estaba muy feliz y para colmo pisando los días previos a su celo.

— ¡Eso es! ¡Qué bebé tan bueno! mami está orgulloso de ti... — Felix lo recibió entre sus brazos cuando el tramo de cinco pasos fue completado. Un par de lágrimas se deslizaron por sus mejillas cuando las emociones lo sobrepasaron y llenó de besos el rostro regordete.

— ¡Yo también quiero besitos de mami! — Niki frunció el ceño y reclamó con fuerza mientras pisoteaba el suelo con uno de sus piecitos.

Ambos adultos detuvieron su festejo y lo observaron con atención. El alfita no era de exigir cosas y mucho menos reaccionar de esa manera. Su aroma de avellanas estaba agrio y picoso, detonando celos y malestar.

— Alfa, ven aquí — Hyunjin lo señaló con su característica neutralidad.

Niki pareció dudar un poco, su papá nunca lo llamaba alfa a menos que se tratara de algo importante, sin embargo, confiando en que todo estaría bien, se encaminó decidido para luego plantarse delante del mayor, que al estar sentado en el suelo quedaba casi a su altura.

— ¿Por qué le hablas así a mamá? — inquirió tomándolo de la cintura con delicadeza — ¿Mhm? sabes que en casa no gritamos y mucho menos exigimos cosas de mala manera.

— Yo... ¡quiero besos de mamá! — volvió a elevar la voz pero está vez la misma se quebró un poco.

Jeongin, al sentir el aroma de su hermano, también comenzó a llorar refugiándose al instante entre los brazos y cuello de Felix. El rubio lo cubrió con su calor pero no pudo dejar de observar la escena frente a él. Estaba realmente pasmado, su hijo no era así y no podía entender cómo con tan solo casi cuatro años sus feromonas estuvieran influyendo tanto en su sistema.

— Está bien, Niki, entiendo — Hyunjin lo tomó entre sus brazos y lo afianzó a su torso mientras esquivaba con gracia las pequeñas patadas — estás frustrado y eso hace que no puedas gestionarte de la manera adecuada... Iremos un rato fuera para que el clima nos ayude a relajarnos.

Ambos se pusieron de pie, con el niño sollozando estrepitosamente sobre su hombro, y con un asentimiento salieron. Felix se quedó en la sala intentando calmar al menor de sus hijos mientras se preguntaba si muy en el fondo su trabajo como mamá estaba fallando como para generar esa clase de celos y rivalidad entre sus pequeños.

Cada padre se dedicó a calmar a uno de los niños, Hyunjin fuera de la casa con el clima invernal enrojeciendo sus mejillas y Felix a un lado de la chimenea tarareando y meciéndose.

Al cabo de un tiempo los llantos ya habían cesado. Hyunjin ingresó de nuevo con Niki de la mano. El alfita tenía las mejillas enrojecidas y ojitos un tanto hinchados pero no dudó en encaminarse hasta posarse delante de su mamá y su hermano. Tomó con delicadeza la mano de Jeongin y la besó con suavidad, luego repitió la misma acción con su mamá.

— Lo siento, mami — murmuró — Niki no quiso gritar — Felix sabía que su bebé hablaba en tercera persona cuando estaba frustrado y triste y eso le dolió en el fondo de su alma.

— Está bien amor, disculpas aceptadas. ¿Te gustaría sentarte en mi regazo junto a tu hermano?

Después de asentir, tomó el lugar que se le ofrecía. Estaban apretados pero cabían perfecto entre los brazos del mayor. El aroma de la miel era tan suave y empalagoso que mantenía a todos en una especie de aura pasiva y adormilada.

— ¿Me quieres, mami? porque yo te quiero muchote.

— Oh, bebé... claro que te quiero, es más, te amo con toda mi alma — Felix besó entre sus cabellitos sonoramente — nunca dudes de eso. Lo que sentiste hace rato fueron celos, mi amor, y está bien, es propio de las personas, pero no puedes permitir que eso domine tu alma por completo. Los celos son bichitos malos, que hacen a las personas sentir cositas feas y mi bebé no merece eso. Siempre que creas que los bichitos corren por tu cuerpito ven hacia nosotros y todos juntos como familia los espantaremos ¿de acuerdo?

— Entiendo. Gracias por ser mi mami — Niki besó su mejilla y volvió a ponerse de pie — ¡Papi dijo que podemos hacer pa'omitas con una película!

— ¡Eso suena fantástico! — Jeongin se removió inquieto, llamando la atención de ambos — A Innie también le gusta la idea.

— ¡Pa'omitas!

— Ven, hermanito, papá está en la cocina.

Y así, con paciencia y cariño fraternal, ambos niños se encaminaron con pequeños pasitos a donde el alfa mayor los esperaba. Felix pudo escuchar sus voces y risas a lo lejos y el júbilo volvió a invadir a su lobito interior.

Necesitaba asegurarse de que los lazos de su manada se mantuvieran fuertes, no podía permitir que sus propios hijos se autodestruyeran uno al otro y estaba en su poder instruirlos para que se amaran y se apoyaran frente a todo. Obviamente aún eran niños y los celos eran cosa normal en ellos pero para nada quería que eso continuara en el futuro. Se prometió hablar con su alfa más tarde para poder trazar un plan que esperaba fuera de ayuda en posibles situaciones al porvenir de este tipo.

 Se prometió hablar con su alfa más tarde para poder trazar un plan que esperaba fuera de ayuda en posibles situaciones al porvenir de este tipo

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