Capítulo 16

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— Niki, bebé, ¿qué tienes ahí? — Hyunjin asomó apenas la cabeza en la abertura de la puerta del menor frunciendo el ceño al segundo cuando el rápido movimiento lo desconcertó.

— ¡Nada, papi! — chilló a cambio.

Hyunjin ingresó a la habitación con cuidado, sin invadir su espacio pero queriendo cerciorarse que todo estaba en orden.

— A mí me pareció ver algo debajo de las mantas.

— ¡No es nada papá! ¡Lo juro!

— Está bien, amor, confío en ti — Hyunjin lo tomó entre sus brazos, besó su mejilla y luego lo volvió a dejar en el suelo.

Terminó saliendo de la habitación con una extraña sensación en el pecho, sin saber con seguridad si se trataba de su lobo o de algo más. La verdad era que Niki estaba a punto de cumplir 4 años, en un par de semanas, y tenía tanto miedo de que no lo necesitara más. El niño se volvía más y más independiente con el pasar del tiempo y pronto comenzaría el jardín de niños, pese a que en Seúl recién era obligatorio a partir de primaria, ellos querían que empezara a integrarse con niños de su edad.

— A ti todavía te falta tiempo para esconderme cosas — Hyunjin tomó entre sus brazos al pequeño Jeongin, el cual chilló mientras afianzaba sus brazos al cuello del alfa y se fregaba en busca de su aroma.

Hyunjin lo acomodó a un lado de su cadera a la vez que juntaba un par de juguetes esparcidos y como había sospechado su omega volvía de la cocina con una taza de té y algo de fruta destinada a su cachorro.

— ¿Qué le sucede a mi alfita? ¿Mhm? — Felix los abrazó a ambos cuando sintió el aroma desolado del mayor.

— No lo sé, omega, mi lobo se siente raro — murmuró.

— ¿Papá raro? — Jeongin había aprendido muchas palabras nuevas por lo que la etapa de balbuceos había quedado atrás para dar lugar a frases pequeñas y muchas veces sin sentido.

— ¿Raro en qué sentido?

— Entré a la habitación de Niki y cuando le pregunté qué estaba haciendo él ocultó algo de mí.

— Oh... ya sé por dónde viene la cosa, alfa. No te preocupes, seguro es algo sin demasiada relevancia y cuando se sienta listo nos dirá.

Hyunjin solo se encogió levemente de hombros mientras dejaba que el dulzón aroma de su omega lo cubriera y se deleitaba con las pequeñas risitas y preguntas sin mucho sentido de su cachorrito.

Al rato, Niki creyó ser muy sigiloso en su entrada a la cocina cuando en realidad había hecho demasiado ruido. Volvió casi corriendo a su habitación con algo entre sus manos que no dejó ver pero Felix también terminó notando la rareza que su alfa había pretendido.

Cenaron los cuatro juntos entre miradas discretas de los adultos. Niki actuaba un tanto extraño, comía con rapidez y mantenía su mirada en todos lados menos en los ojos de sus padres.

Hyunjin lo arropó en su nido como de costumbre, besó su frente y pretendió ignorar el nervioso "Buenas noches, papi" de su bebé.

Al otro día despertó entre risitas por los ataques de besos salivosos que sentía por su rostro.

— Lixie, amor... — murmuró entre sueños intentando que se detuviera, sin embargo, un extraño sonido logró que se despertara por completo.

Sobre su pecho descansaba un pequeño perrito. Era blanco y negro, con pequeños ojos oscuros y un tanto desalineado. El cachorro ladraba como si su vida dependiese de eso y si sus cálculos no estaban errados no tendría más de un par de meses.

the family's farm | hyunlix Donde viven las historias. Descúbrelo ahora