Capítulo 9

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— ¡Papi, papi!

Hyunjin dejó caer la pesada hacha al suelo, quitó el sudor de su frente y achinó los ojos para intentar ver algo entre tanta bruma solar.

Niki corría rápidamente en su dirección, enredándose un poco en el overol que seguramente su madre le había colocado luego de despertarlo y despojarlo del pijama. Su largo cabello ya estorbaba su visión y Hyunjin se preguntó cuándo sería el momento en que lo cortarían.

El pequeño alfa llegó a su lado con la respiración entrecortada, inspiró varias veces hasta que logró recuperar el aliento y fijó su mirada en él.

— Hola, cachorro — lo tomó entre sus brazos y besó sus mejillas — ¿Qué sucede?

— ¡Quiero un plumpio, papi! — el niño dejó los dientes de conejito que había heredado de Hyunjin a la vista cuando sonrió ampliamente.

— ¿Un qué, mi vida? — Hyunjin intentó contener la risa, pero pequeñas notas traviesas escaparon de entre sus labios.

— ¡Un pumplio! — repitió con obviedad.

— Ah.. ya entiendo, cachorro, quieres un columpio.

— ¡Sí! por favor... ¿Puedo tener uno?

Hyunjin lo meditó unos momentos mientras sostenía con mayor fuerza a su hijo evitando que cayera al suelo.

— ¿Qué dijo mamá sobre el columpio? — inquirió con una ceja alzada.

— Dijo pregúntale a papá y yo pregunté, papi.

Esta vez fue inevitable contener la risa. Su cachorro era tan ocurrente cuando quería.

— Está bien, amor, papá promete ponerse en ello cuando acabe aquí, ¿te parece?

— ¡Sí! ¡Gracias! — y dicho esto, besó su mejilla y fue depositado nuevamente en el suelo.

La madera que restaba fue cortada y depositada en el lugar correspondiente, luego tomó el camino que prácticamente conocía de memoria, el cual lo llevaba a la puerta de la casa principal. Allí, Felix preparaba su típica limonada libre de azúcares mientras tarareaba una suave melodía que reconocía como las canciones de cuna que solían cantarle a los cachorros cuando no podían conciliar el sueño.

A lo lejos pudo escuchar las risitas de los niños, probablemente entretenidos con algún juego que el mayor de ellos creaba.

Se acercó a paso lento hasta que sus manos hicieron contacto con la cintura contraria, rodeó a Felix por la espalda y terminó besando varias veces su marca y mejillas. El omega ronroneó de puro gusto, dejándose caer sobre el pecho del mayor.

— Amor, Niki quiere un columpio — murmuró el alfa.

— Me lo dijo, aunque creo que es algo peligroso.

— Tranquilo, lo haré a una altura cercana al suelo para evitar accidentes grandes. Sin embargo, siempre puede haber una rodilla o un codo raspado, y es normal, son niños.

Felix se dio la vuelta cuando la última rodaja de limón quedó dentro de la jarra de agua helada y se abrazó a su pecho con un tierno puchero resaltando en sus facciones.

— Lo sé... pero no deja de asustarme.

Hyunjin besó su sien, permitiendo que todos los sentimientos angustiantes que rondaban la cabecita rubia se drenaran lo mayor posible.

Tiempo después, luego de un merecido almuerzo y una breve siesta, se encaminó con el mayor de sus hijos al cobertizo principal. Allí tenía todas las herramientas y cosas que necesitaría para armar el ansiado columpio.

the family's farm | hyunlix Where stories live. Discover now