Cap 3 (Perspectiva cambiada)

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Douma observa a Tanjiro, Zenitsu e Inosuke entrenar en el campo de entrenamiento desde la ventana de su habitación. Los ve con curiosidad, fascinado por la habilidad y la determinación que muestran en cada movimiento.

Justo en ese momento, la puerta se abre y una joven entra en la habitación. Douma se sorprende por su presencia, pero no la reconoce.

Douma: ¿Quién eres tú?

Nezuko: (con una sonrisa amable) Soy Nezuko. Perdona si interrumpo, solo venía a ver si necesitas algo.

Douma: (asiente, devolviendo la sonrisa) Ah, Nezuko. No, gracias. Solo estaba observando a tus amigos entrenar. Son muy impresionantes.

Nezuko: (se acerca a la ventana para mirar también) Sí, son increíbles. Han trabajado muy duro para llegar hasta aquí.

Douma: (asiente, admirando la determinación en los rostros de los jóvenes) Se nota. Su espíritu de lucha es admirable.

Nezuko: (volviéndose hacia Douma con curiosidad) ¿Y tú? ¿Qué te trae aquí? Eres diferente a otros Demonios que hemos conocido.

Douma: (baja la mirada por un momento, reflexionando sobre su respuesta) He cometido errores en el pasado, pero ya no deseo seguir ese camino. Estoy buscando una manera de redimirme.

Nezuko: (asiente comprensivamente) Entiendo... Todos merecen una segunda oportunidad, ¿verdad?

Douma: (le devuelve la sonrisa) Sí, eso espero.

Nezuko: (le ofrece una sonrisa alentadora) Si necesitas ayuda o alguien con quien hablar, aquí estaré.

Douma: (asiente con gratitud) Gracias, Nezuko. Significa mucho para mí.

Nezuko se despide con un gesto y sale de la habitación, dejando a Douma perdido en sus pensamientos una vez más. Aunque el camino hacia la redención era difícil, saber que tenía apoyo le daba esperanza para el futuro.


Douma se encuentra de pie junto a la ventana, su mirada perdida en el cielo . En su mente, los recuerdos de Daki y Gyutaro, sus pequeños hermanos, regresan una vez más, trayendo consigo una mezcla de nostalgia y dolor.

Douma: (susurra con tristeza) Daki... Gyutaro...

Una sensación de vacío se apodera de él mientras recuerda los momentos que compartieron juntos, las risas, las travesuras, pero también las dificultades y los desafíos que enfrentaron como Demonios.

Douma: (cierra los ojos con fuerza, luchando contra las emociones abrumadoras) Han pasado más de dos meses desde que los perdí... y aún duele como si fuera ayer.

La imagen de sus hermanos, con sus sonrisas traviesas y sus expresiones juguetonas, se graba profundamente en su mente, recordándole lo mucho que los extraña.

Douma: (levantando la vista al cielo estrellado) Espero que estén en paz... donde sea que estén ahora.

Una suave brisa nocturna acaricia su rostro mientras Douma continúa recordando a Daki y Gyutaro, guardando sus recuerdos en lo más profundo de su corazón, donde siempre permanecerán vivos. Aunque ya no estén físicamente a su lado, su presencia sigue siendo una luz en la oscuridad de su existencia solitaria.

No Descansare Hasta Que Me AmesWhere stories live. Discover now