Cap 10 (Eres debil)

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Douma se encontraba atrapado en una pesadilla tortuosa, reviviendo su peor momento una y otra vez. Estaba encadenado en el castillo infinito, sus heridas sangrantes y su mente atormentada por el dolor y la desesperación. La oscuridad lo envolvía mientras luchaba por liberarse de las cadenas que lo aprisionaban.

De repente, una presencia malévola se manifestó frente a él. Era Muzan, el origen de todo su sufrimiento, quien lo miraba con ojos llenos de desprecio y crueldad.

Muzan: (con una sonrisa siniestra) ¿Qué tenemos aquí? ¿El débil Douma, atrapado una vez más en las garras del castillo infinito?

Douma apretó los dientes con furia, sintiendo cómo la ira ardía dentro de él. Sabía que no podía dejar que Muzan lo debilitara, pero la presencia del demonio era abrumadora.

Douma: (grita con desafío) ¡Déjame en paz, Muzan! ¡Ya no eres nada para mí!

Muzan se rió con desdén, su risa resonando en las paredes del castillo como un eco macabro.

Muzan: (se acerca lentamente) ¿Nada para ti, dices? Oh, pero yo soy todo lo que tienes, Douma. Soy tu creador, tu maestro, tu verdadero amo.

Las palabras de Muzan perforaban la mente de Douma como cuchillas afiladas, haciéndolo tambalearse bajo el peso de su propio dolor y sufrimiento.

Muzan: (se burla) Y ¿Qué hay de tus queridos "hijos", Daki y Gyuutarou? ¿Recuerdas lo débiles que eran, al igual que tú? ¡Fueron una vergüenza para nuestro linaje demoníaco!

La mención de Daki y Gyuutarou encendió una llama de ira en el corazón de Douma. Sus ojos brillaban con determinación mientras enfrentaba a Muzan.

Douma: (con voz llena de furia) ¡No te atrevas a hablar de ellos, Muzan! ¡Fueron más fuertes de lo que jamás serás!

Muzan se rió con malicia, disfrutando del tormento que infligía a Douma con sus palabras venenosas.

Muzan: (se burla) ¿Más fuertes? ¡Ja! ¡Qué iluso eres, Douma! Tus "hijos" eran tan débiles como tú, igual que todos los que alguna vez han sido tocados por mi poder.

La ira de Douma alcanzó su punto máximo. Se sentía como si estuviera a punto de estallar en llamas, consumido por la rabia y la frustración.

Pero antes de que pudiera responder, Muzan se desvaneció en la oscuridad, dejando a Douma solo en su pesadilla. Con un grito de angustia, Douma despertó, su corazón latiendo con fuerza mientras luchaba por recuperar el aliento.

Douma se encontraba sudando y temblando, sus ojos mirando fijamente al vacío mientras procesaba la pesadilla que acababa de experimentar. Aunque sabía que Muzan ya no estaba presente en su vida, el recuerdo de su malévola presencia seguía atormentándolo, recordándole el oscuro pasado del que había luchado por escapar.

Douma: (susurra para sí mismo) ¿Por qué no puedo librarme de estas sombras? ¿Aun puede entrar en mi mente?

Shinobu: (entra en la habitación con preocupación en su voz) Douma, ¿estás bien? Te he escuchado murmurar.

Douma: (trata de ocultar su angustia) Sí, estoy bien. Solo fue una pesadilla.

Shinobu: (se sienta a su lado en la cama) Pareces muy afectado. ¿Quieres hablar al respecto?

Douma: (se tensa ligeramente) No, no es necesario. Solo necesito un poco de tiempo para procesarlo.

Shinobu: (le mira con cariño) Estoy aquí para ti, Douma. No tienes que enfrentarlo solo.

Douma: (suspira, cediendo ante su preocupación) Gracias, Shinobu. Es solo que... esa pesadilla... me recordó cosas que preferiría olvidar.

Shinobu: (le toma la mano con suavidad) Entiendo. Pero recuerda que estás a salvo aquí. Muzan ya no puede lastimarte.

Douma: (asiente con gratitud) Lo sé, Shinobu. Gracias por estar siempre a mi lado.

Shinobu: (le sonríe con ternura) Siempre estaré aquí para ti, Douma. No lo olvides.

Los dos se quedan en silencio por un momento, encontrando consuelo en la presencia del otro en medio de la oscuridad de la noche. Aunque las sombras del pasado amenazaban con consumirlos, sabían que juntos podrían enfrentar cualquier desafío que se interpusiera en su camino hacia la paz y la sanación.

No Descansare Hasta Que Me AmesWhere stories live. Discover now