Cap 7 (Tu, ahora que quieres hijo de...)

23 1 0
                                    

Douma: (concentrado, canalizando su energía en el arte del Hielo) Shinobu, observa bien. Esta técnica es crucial para nuestro futuro.

Shinobu: (observando con atención) Entiendo, Douma. Tu dominio del Hielo es impresionante.

Douma: (sonríe ligeramente) Gracias, Shinobu. Pero aún tengo mucho por mejorar.

En ese momento, el aire se llenó de una presencia oscura y amenazante. Douma sintió la energía negativa antes de que Akaza hiciera su entrada triunfal.

Akaza: (con una risa siniestra) ¡Douma! ¡Pensé que te habías escondido en algún rincón oscuro después de tu exilio!

Douma: (se pone en guardia, su expresión se vuelve sombría) ¿Qué estás haciendo aquí, Akaza?

Akaza: (con una sonrisa maliciosa) Vine a recordarte por qué no eres bienvenido en la Fortaleza Infinita.

Shinobu: (se interpone entre Douma y Akaza) ¡Déjalo en paz, Akaza! ¡No tienes nada que hacer aquí!

Akaza: (lanza una mirada fría a Shinobu) Oh, ¿y quién eres tú para decirme qué hacer, pequeña insecta?

Sin dar tiempo para una respuesta, Akaza se lanzó hacia Shinobu con una velocidad impresionante, su mano extendida para atacar.

Douma: (grita en advertencia) ¡Shinobu, cuidado!

Shinobu apenas tuvo tiempo para reaccionar cuando Akaza estaba sobre ella, sus garras afiladas listas para atacar. En un movimiento rápido, Douma se interpuso entre ellos, bloqueando el ataque de Akaza con su propia habilidad.

Douma: (gruñendo de dolor) ¡No te atrevas a tocarla, Akaza!

La lucha se volvió feroz mientras Douma defendía a Shinobu de los ataques de Akaza. El sonido de los golpes resonaba en el aire mientras los dos luchadores se enfrentaban, sus movimientos rápidos y mortales llenando el campo de batalla con una energía tensa.

Shinobu: (observando con asombro y gratitud) Douma...

Douma: (respirando agitadamente, su mirada fija en Akaza) No te preocupes, Shinobu. No dejaré que te lastime.

Akaza: (lanzando una mirada burlona a Douma) Parece que tu amor te hace débil, Douma. No eres rival para mí.

Douma apretó los dientes con determinación mientras se preparaba para el próximo ataque de Akaza. Sabía que esta batalla sería difícil, pero estaba decidido a proteger a Shinobu cueste lo que cueste.

Douma: (respirando profundamente) No subestimes mi determinación, Akaza. Estoy dispuesto a luchar hasta el final para proteger lo que más valoro.

Akaza: (con una sonrisa desafiante) Entonces, prepárate para enfrentar las consecuencias de tus acciones, Douma.

Con un rugido desafiante, Akaza se abalanzó sobre Douma con una velocidad increíble, sus garras extendidas para atacar.

Douma respondió con rapidez, desviando los ataques de Akaza con movimientos fluidos y precisos. Cada golpe era bloqueado con destreza, pero la fuerza bruta de Akaza era abrumadora, y Douma comenzaba a sentir el peso de sus ataques.

Douma: (gritando de esfuerzo) ¡No podrás vencerme, Akaza!

Akaza: (riéndose) ¡Oh, lo veremos, Douma!

La batalla continuó con una intensidad creciente, cada golpe llevando a los combatientes más cerca del límite de su resistencia. Douma se mantenía firme, su determinación ardiente a pesar del dolor que recorría su cuerpo.

Finalmente, en un movimiento audaz, Douma logró desarmar a Akaza y someterlo en el suelo, su mano lista para asestar el golpe final.

Douma: (con una mirada dura) Esto es por Shinobu, Akaza. No volverás a tocarla nunca más.

Antes de que pudiera completar su movimiento, Douma se detuvo abruptamente, su expresión se tornó en una mezcla de sorpresa y confusión.

Douma: (observando a Akaza con incredulidad) ¿Qué... qué está pasando?

Akaza: (sonriendo triunfante) Ah, Douma, parece que subestimaste mis habilidades.

En un movimiento rápido y calculado, Akaza logró liberarse del agarre de Douma y contraatacar con una fuerza renovada, dejando a Douma en una posición precaria.

Shinobu: (grita en alarma) ¡Douma, ten cuidado!

Pero era demasiado tarde. Con un rápido movimiento, Akaza aprovechó la oportunidad y atacó a Douma con una ferocidad implacable, dejándolo gravemente herido en el suelo.

Shinobu corrió hacia Douma, su corazón lleno de temor y angustia al verlo en tal estado. Mientras Akaza se alejaba, su risa resonando en el aire, Shinobu se arrodilló junto a Douma, sus manos temblando mientras buscaba desesperadamente una manera de ayudarlo.

No Descansare Hasta Que Me AmesWhere stories live. Discover now