7. Fútbol y un stream

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And you've got a smile that could light up this whole town


—Repíteme como es que me convenciste de acompañarte a un partido de fútbol—Mire a Felipe, que me sonreía con inocencia.

Si sabia como, el mañoso había puesto una cara a la que era realmente imposible decirle que no, por lo que termine siendo arrastrada al Monumental.

 —Dale no seas pesada, sabes que en el fondo querías acompañarme—Lo mire mientras rebuscaba en la parte trasera del coche, estábamos en el estacionamiento del estadio, el gran partido empezaría en alrededor de 30 minutos, pero parecía que mi grandioso novio falso necesitaba con urgencia lo que sea que estuviera buscando porque no paraba de mover las cosas que tenia frente a él, segundos mas tarde sonrió como un nene que hizo la mejor de las travesuras y saco una bolsa plástica.

Cerro el coche y se acerco a mi.

—Cierra los ojos—Lo mire sin comprender—Solo ciérralos, confía en mi—Suspirando sonoramente, cerré los ojos—Ahora extiende las manos—Obedecí sin decir nada y pude escuchar como abría la bolsa para después colocar sobre mis manos una suave tela—Dale ábrelos.

Era una remera.

De River.

Si pudiera enarcar una ceja, lo habría hecho.

—Mírala bien—Había ilusión en su mirada y eso me hizo reír, extendí la playera y cuando mire el reverso, no pude evitar que una sonrisa se apoderara de mi cara y que mi corazón se acelerara un poco.

No tenia nombre, pero si dorsal.

Era el numero 13.

—Dijiste que te gustaba Taylor, entonces estuve investigando y según internet, su numero favorito y de la suerte  es el 13, le pregunte a Juani si el número estaba bien para no equivocarme, yo quería que tuvieras una camiseta de mi equipo y la mande a hacer con ese numero, espero que te guste y si no la podemos cambiar o—Lo interrumpí lanzándome a abrazarlo, correspondió a mi gesto, rodeándome con sus brazos y su aroma me embriago.

Mi corazón se estrujo ante el afecto que se formó en mi pecho, el saber que le dio importancia a los detalles que le había contado, el tiempo que se tomó para indagar en el tema por mi, el hecho de ser algo especialmente para mi, convirtiendo su regalo en un objeto completamente invaluable.

—Es perfecto Feli, gracias—Deje un beso en su mejilla al separarme—Fue un detalle lindo de tu parte.

—Gracias a Dios que te gusto—Lucio aliviado.

—Dale, entremos, que todavía tengo que pasar a cambiarme—Asintiendo con la cabeza tomo mi mano y nos encaminamos a la entrada del gran lugar, solo había estado aquí una vez, en el concierto de cierta rubia y no pude evitar mencionárselo a Felipe.

Se limito a escucharme hablar todo el camino sobre ese día y la emoción que había tenido, cuando llegamos a los baños dijo que esperaría afuera.

Entre al lugar y busque un cubículo vació, una vez dentro, me desprendí de mi blusa rosa con pequeños bordados de estrellas y me coloque la remera, que resulto ser exactamente de mi talla.

Salí del cubículo y me mire unos momentos en el espejo, acomodando un poco mi desordenado cabello.

Felipe estaba afuera como había dicho, cuando me vio, me repaso de arriba a abajo y me estremecí ante su escrutinio, no me iba a cansar de decirlo, jamas me acostumbraría a su penetrante mirada.

—Los chicos nos están esperando.

Caminamos juntos hacia los lugares asignados, ahi ya se encontraban dos Agus; Lain y Berrutti junto a Fer, los saludamos y tomamos asiento, esperando a que el partido diera inicio.

Gorgeous | Felipe OtañoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora