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Las vacaciones de verano comenzaron a verse apenas comenzó junio. Los estudiantes de 6to de primaria estaban emocionados, unos nerviosos y otros asustados por su graduación y su llegada a la secundaria. Para otros no me daban importancia, pues no le encontraban alguna emoción, solo sería un nivel más, más materias, más trabajo, mas estrés. Daniel era uno de ellos, eso a simple vista, sin embargo, estaba que se moría de los nervios.

Quería terminar con su corta vida en ese instante, su último día mirando a sus compañeros de primaria estaba llegando a su fin.
Esa fiesta de despedida fue algo que nadie podría olvidar, pues seis años junto a esos compañeros fue demasiado, unos se fueron y otros llegaron, pero siembra hubo esa conexión entre todos, esa alegría y esa emoción al jugar. En cambio, todo cambiaría al tener una vida llena de responsabilidad.

- No has comido nada en toda la fiesta, ¿seguro que te sientes bien? Siempre estas de muerto de hambre por donde sea.

—. Susurro con preocupación.

- Solo pensaba. Comí antes de venir, no tengo hambre. Mi abuela me dio de tragar como si fuera mi último día de vida-. Mintió con una broma.

Era algo que lo caracterizaba bastante, el hecho de hacer bromas para poner algo al aburrido ambiente hacia que se ganara los corazones de los demás. Así claramente sus amigos cayeron a dejarlo en paz con sus preguntas llenas de preocupación.

Al pasar de las horas, la noche comenzo a llegar en el salón de fiestas. La gente comenzo a marcharse, unos se iban a algún parque, otros se iban a otra fiesta por ahí, otros se colaban para evitar ir a sus aburridos hogares. Sin embargo, la mayoría volvía a sus casas para descansar y ponerle inicio a las vacaciones de verano, eso era lo que más marcaba a los alumnos del antiguo "6to - B".

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Una foto se posaba en sus manos, no me quitaba la mirada ni un solo segundo, no parpadeaba claramente estaba admirando cada uno de los rostros de sus antiguos compañeros, no quería olvidarlos. Por eso tenía las fotos, pero claramente la olvidaría de un momento a otro, no tenía tiempo para poner esa bella foto en un recuadro para su habitación o en las paredes de su casa. No le tomaba importancia a una simple graduación.
Después de guardar la foto en uno de sus cajones, se recostó en su cama mirando al techo sintiéndose pensativo, tanto que le daba miedo, no había reflexionado tanto desde que su padre lo había dejado a la suerte con su madre y su hermano y eso le asustaba.

Finalmente para dejar todo de lado, cerró sus ojos quedándose profundamente dormido en un sueño profundo sin sentido, solo eran locuras que se mostraban en sus sueños, locuras que jamás podrá cumplir.

El amanecer llegó más rápido de lo que pensó, sus ojos se abrieron de golpe al escuchar el tono de su celular. En un principio pensó que no había quitado las alarmas, pero se equivocó al ver una llamada entrante de uno de sus amigos. Suspiro antes de contestar.

- ¿Que quieres?— Respondió con voz adormilada con malhumor.

- ¿Desde cuando tan grosero- Bromeó Agustín al otro lado de la llamada.

- ¿Quieres ir al parque? Te quiero mostrar un lugar, de paso, presentar a un amigo- Siguió sin dejar responder al contrario.

- En primer lugar, te daré un zape por despertarme, segundo, ¿a qué hora?— A través de la llamada solo se escuchó una carcajada por el cambio de voz en Daniel.

- Nos vemos a las diez en punto - Sin más, la llamada corto al instante.

Daniel no tardó en levantarse para cambiar su pijama a una ropa más cómoda, sabía que no solo quería presentar a alguien porque sí. Pues Agustín no era de presentar a alguien así de la nada, a ese tipo lo consideraba un loco por sus planes.

Quería presentar a alguien porque sí. Pues Agustín no era de presentar a alguien así de la nada, a ese tipo lo consideraba un loco por sus planes.
A las diez en punto, ambos chicos estaban reunidos donde siempre se encontraban, algo que agradecería, era tener contacto con los que antes eran sus compañeros de aula.

- No me dijiste a donde iríamos— Inició la conversación rompiendo el silencio mientras caminaban.

- Es una sorpresa.

El contrario solo se quedó callado mirando a su amigo con la ceja levantada. De cierta manera había logrado despertar su curiosidad.

•••

En el momento que escuchó las patinetas rodando en el suelo, su rostro mostro desagrado puro. Las paredes grafiteadas y los chicos con su vestimenta llamativa y única le aborrecía.

—Más vale que no sea alguien de aquí. No pienso llevarme con un idiota como ellos.

— Advirtió con voz gruesa llena de odio apuntando a los skaters.


Algo corto para dar inicio a esta historia.

What I expect from youWhere stories live. Discover now