Capítulo ocho

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—Yo extraño a mis padres, Mérida; y a veces me siento mal por no pensar en ellos, en repetir las memorias que los mantienen vivos en mi corazón. Y no lo hago porque me duele, y a veces, ese dolor no hace más que asfixiarme.

     Ahí, en medio de la noche, la muchacha puede ver otra faceta de Thomas: la de la vulnerabilidad, la de la melancolía y frustración que le provocaba parecerse a los humanos en el aspecto de sentir. Y, para su mala suerte, también se dio cuenta de algo:al parecer, el chico era un experto en ocultar cosas. Un carraspeo proveniente de su garganta le hace saber que continuará hablando, así que, con toda la disposición del mundo, cierra la boca y presta atención:

—Dicen que es bueno expresar lo que sientes, pero la verdad, es que yo no estoy acostumbrado a eso, y quizás ese sea mi mayor defecto. Sin embargo, a veces me gustaría dejar escapar lo que mi corazón esconde, florecilla, porque en algunas ocasiones, ni yo mismo puedo con tanto— admite el adolescente sintiendo un nudo en el estómago.

     Casi por instinto, ella alza su palma derecha, y depositándola en una de las mejillas de él, se encarga de dejar leves caricias que, por lo menos, esperaba fueran tomadas como una especie de consuelo. De alguna forma, ambos habían pérdido algo importante, que el amor y cariño que un padre y una madre solían dar, solo que Mérida, casi de inmediato, lo había vuelto a tener, e incluso más fuerte que antes, si es que eso era posible. En cambio, Thomas ya no sería capaz de recuperar algo como eso, ya no volvería a sentir el abrazo de su mamá, o el apretón de hombros de su papá; ya no.

—¿Cómo puedo ayudar a que el tormento sea menor?— quiso saber la pelirroja en un susurro.

—No te alejes, no mueres y procura no meterte en problemas.

—Yo jamás me meto en problemas— exclama Mérida alejando su piel de la de él.

—Lo sé, solo... no encuentro otra forma de decirlo, ¿sí?

La chica suspira luego de entender las intenciones del soldado, y extrañada, logra prestarle más atención a su rostro: un leve rubor lo invadía, aunque Thomas no se daba cuenta de ello.

—¿Estás sonrojándote?

—¿Qué?— inquiere él tocándose los pómulos.

—Estás sonrojado. Awww, que adorable de te ves.

—Lo siento. De verdad que esto no suele pasarme, yo...

—Tranquilo, esto es parte de dejar todo lo que sientes: el cuerpo te traiciona— informa Mérida guiñándole un ojo.

Los dos se dejan llevar por las risas que picaban en sus gargantas, por los minutos de paz que estaban compartiendo y, por una vez en meses, fueron lo suficientemente egoístas como para no pensar en el mañana.


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     A la mañana siguiente, mientras Julia lavaba los platos, esta no daba un alto a su memoria: un pánico inerte hizo una aparición en lo profundo de su pecho, sin embargo, los ruegos silenciosos que había dado con tal de que sus emociones no se reflejaran en su rostro, al parecer, pudieron dar buenos resultados, ya que al momento de someterse a los análisis correspondientes, no corrió ni tampoco se escondió, sino que logró enfrentarse a las máquinas con entereza y valentía.

     El agua y el jabón le cubrían la piel de las manos, los utensilios que se enfocaba en limpiar eran cubiertos por la esponja cada dos por tres y sus amigos, hasta ahora instalados en la parte superior del departamento, charlaban sobre el siguiente paso que vendría en la búsqueda de la señora Catherine, aunque a veces, las bromas improvisadas salían sin querer y las risas tampoco pasaban desapercibidas. En ciertas ocasiones, a Julia ser así, o por lo menos relajarse cuando el instante lo ameritaba: desde aquel terrible suceso, siempre se encontraba en un estado de alerta nervioso, y claro está que no era para menos, pero, ¿Por qué no podía soltar el recuerdo y ya?, ¿Por qué, aún después de mucho, continuaba sintiéndose culpable? De improviso, la joven siente la respiración de alguien invadirle la nuca, y dando pausa a su actividad, logra ver como Alex le acomoda la tela de las mangas para que así pueda continuar sin incidente alguno.

Luna de Fuego [Saga Moons #3] {➖}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora