_⁠_*⁠.⁠✧ CAPÍTULO 2 *⁠.⁠✧__⁠

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Hoy era la gran noche. Los Altos Lores venían de visita, como todos los años , y hacían una maravillosa fiesta. Las noches que llegaban a la Corte de las Pesadillas eran horrorosas. Todo el mundo estaba obligado a ir solo para ver sus espectáculos. Eran muy exagerados. Siempre. Primero entraban el círculo íntimo de los Altos Lores y su hijo, después entraban estos. Lo único bueno de estas noches era cuando Keir hacia alguna acción indebida y el Alto Lord de esta corte lo castigaba rompiéndole los huesos y no le dejaban ver a ningún curandero. Cuando pasaba eso, estaba semanas y semanas sin verle.

Caminé por mi habitación nerviosa. Faltaba poco para que viniera el general y me acompañará a la Sala del Trono. Siempre era innecesario, pero a él le parecía agradable, decía. Era un asqueroso y un guarro. Después de diez años sigo esperando que el Alto Lord le haga lo mismo que le hace a Keir, al general. Sería la mejor noticia de la historia de Prythian. No ver a ninguno de los dos. Eso sería grandioso.

Me coloqué en frente del espejo de mi cuarto. Entre la penumbra de la habitación, el vestido negro se alzaba como un desafío a la oscuridad. La tela sedosa se ceñía al cuerpo como una segunda piel, delineaba cada curva con él objetivo de provocar a los machos. Los cortes que tenía invitaba a la mirada a explorar su camino con atrevimiento. El escote pronunciado se convertía en un imán para los ojos. Con cada movimiento, el vestido parecía cobrar vida propia, susurros de seda y misterio que hipnotizaban a todos los que se atrevían a mirar. Era un tributo a la sensualidad y la elegancia, un vestido que desafiaba las convenciones y celebraba la belleza en todas sus formas.

Cómo no, este horroroso vestido lo eligió el general junto a Keir.

Alguien tocó a la puerta. El general. Había llegado.

Él abrió la puerta sin que yo le diera el permiso de entrar.

- Estás muy bella esta noche - me comentó mientras me observaba como si estuviera intentando imaginar lo que se encontraba debajo de este vestido.

- Gracias - le contesté secamente.

- Bien. Pues vámonos - me tendió el brazo para que lo cogiera. Eso fue lo que hice, aunque me diera asco tocarlo.

Salimos por la puerta de mi habitación hacia la Sala del Trono.

✧✧✧

Las puertas de la Sala del Trono se abrieron. Entré de la mano del General. Todos se nos quedaron mirando. Todos me miraban con odio. Asco. Celos. Todas las emociones que sentían hacia mí eran malas. Tenían celos de mí por ser la princesa de Corte de las Pesadillas (más o menos, es complicado). Todo el mundo de esta corte pensaba que ser la princesa era lo mejor que había, pero era el infierno.

El General me llevó hacia las mesas donde estaban las bebidas y comidas.

- ¿Quieres vino? ¿Champán? ¿Vodka? ¿Ron? - me preguntó cuando nos colocamos delante de la zona de las bebidas.

- Emmm - murmuré pensando -. Quiero... Agua - dije sonriente. Si plan era emborracharme o algo parecido. De vez en cuando lo intenta, pero no soy tan sumisa como el quiere que sea.

- Vamos. Estamos en una fiesta, una celebración en la corte. Diviértete. No seas tan aburrida - me contesta mientras coloca un mechón de mi cabello detrás de mí oreja. Su dedo índice se queda acariciando en el lugar.

Lo miré fijamente, sin apartar la mirada. Sabía que si la apartaba esta batalla estaba perdida.

- Quiero agua.

Una Corte De Sueños Y Pesadillas || ACOTAR Where stories live. Discover now