Sorpresas.

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Ya hacía unas semanas que se veían diario, usualmente terminaban durmiendo en la casa de Sunset, debido a que ella vivía sola, pero de vez en cuando iban al departamento de Adagio a buscar ropa y alguna que otra cosa.

Sunset llevaba las cosas de Adagio hacia el auto, pasó por el comedor saludando con un breve "Adiós!" a las chicas dentro de el.

- ¡Adiós sunny!

- Bueno chicas, me voy, no incendien la casa, no se maten, y no sé.

- ¿Ya te vas a la casa de tu novia?

Las mejillas de Adagio se coloraron en una fracción de segundo y Sonata intentaba contener la risa.

- Ya te había dicho que no es mi novia.

- Aún.

- Sabes que no creo gustarle, lo que pasó... no lo sé.. -Murmuró lo último.

Aria miró seria a Adagio, dando un suspiro y una mirada compasiva.

Mientras tanto, una pelirroja escuchaba las últimas palabras mencionadas por Adagio, sintiendo una punzada en el pecho.

- "¿Quién le gustará?"

Suspiró desanimada, y entró de nuevo a la casa.

- ¡Dale Dagi! Esta todo listo, ¿o también queres que te cargue hasta el auto?

Adagio se sonrojo.

- No tendrías la fuerza, así que voy caminando.

- ¿Ah si?

En unos pocos segundos Sunset cargó a adagio en su espalda y se fueron.

- ¿Cuanto crees que tarden en darse cuenta?

- No sé.

-------- ≪ ... ≫ --------

Sunset llevaba las cosas, metida en sus pensamientos, hasta que sintió algo chocando contra su rostro.

- ¿Estas bien?

- Si... -susurró con enojo.

Sin decir más nada rodeó la pared y siguió su camino en silencio, el aire era algo tenso, pero decidió ignorarlo.

Ambas chicas llegaron al departamento, Sunset fue a ordenar la ropa en su armario, mientras Adagio cerraba la puerta, y descansaba en el sillón.

- Sunsie.

- ¿Qué pasó?

- Ven.

Sunset dejó todo mientras iba en frente de Adagio.

Adagio se acercó y le abrazó por el cuello.

- ¿Podemos comprar helado? ¿porfis?

- Si lo pedias normal lo compraba igual.

- ¿Qué tiene eso de divertido?

Sunset rodó los ojos, y se puso una chaqueta de cuero.

- ¿A donde vas?

- A comprar helado.

- Pero no me dejes sola.

sunset suspiró, le hizo una seña y Adagio sonrió victoriosa y fue con Sunset.

- ¡Vamos Sunsie!

Ambas bajaron hasta el estacionamiento del departamento.

Sunset le entregó un casco de moto a su contraria, este era de color negro, a sus costados tenía rayas violetas, casi parecian rayos de electricidad. En lo que esta observaba el casco la pelirroja se puso el suyo, era también de color negro, pero este contaba con rayas y detalles en color rojo.

Ganando tu perdón (Sundagio)Where stories live. Discover now