ʟᴇᴀʀɴ ᴛᴏ ʟᴏᴠᴇ ᴀɢᴀɪɴ /SᴜᴘᴇʀCᴏʀᴘ / AU

26-

Hubo un largo silencio mientras Lena intentaba comprender las palabras que creía haber escuchado.

Entonces Kara se dio la vuelta. -No dije 'no te vayas'. Dije 'no me dejes'.

-Completamente diferente-, dijo Lena, con la boca seca.

-Oh, lo es-. Kara se acercó y dejó caer su bolso sobre el piso. -Completamente diferente. Nunca te pediría que te quedaras aquí por mí. Eso sería incorrecto y cruel. Pero puedo pedirte que no me dejes atrás.

-Quieres decir...- Lena tragó, sin poder creerlo. -¿Quieres decir que quieres venir a Estados Unidos conmigo?

-Quiero estar contigo.

-¿Qué pasa con Alice?- Fue el primer pensamiento real de Lena.

Kara sonrió. -Bueno, que me condenen, Mike tenía razón.

-¿Tu ex? ¿En qué tenía razón?- preguntó Lena, completamente confundida.

-Dijo que debería confiar en mis instintos. Lo hice, y tú pusiste a mi hija por delante de tus propios deseos y necesidades. Entonces él tenía razón. Debería confiar en ti. Confío en ti.

-Gracias-, dijo Lena, no menos confundida. -¿Pero podemos volver a la parte en la que huyes de tu país por mí?

Kara suspiró. -No es ideal. Lo entiendo. A Mike no le encanta la idea, pero está dispuesto a ceder y intentarlo siempre y cuando consiga a Alice para todas las vacaciones. Puede que no sea para siempre.

-¿Qué harías?

Kara se sonrojó de una manera bastante encantadora. -No he pensado mucho en el futuro todavía, pero estoy segura de que algo surgirá.

Lena tuvo que sentarse, le temblaban las piernas. Logró sentarse en el borde de su escritorio. -Kara, nunca te pediría que vinieras conmigo.

-Sé que no lo harías, por eso te lo ofrezco.

Lena realmente no supo qué decir a eso.

Kara la observó.

-Esto es loco. Apenas nos conocemos. Hemos pasado una noche juntas, eso es todo.

-¿Entonces?

-¿Qué quieres decir con eso?- Dijo Lena. -Es una locura. Estamos hablando de poner fin a nuestras vidas y cambiar todo para tener una oportunidad en... en algo.

-Por nuestra cuenta-, dijo Kara.

-¿Pero por qué?

Los ojos de Kara se aclararon y sonrió. -Porque te amo.

Lena estaba muy, muy contenta de estar sentada. -Tú...

-Te amo-, dijo Kara de nuevo con perfecta calma y naturalidad. Ella rió. -Mira, lo entiendo. Es pronto, es demasiado pronto para decir algo así, pero en este momento estamos bajo presión de tiempo. No es que esto sea algo que vaya a cambiar. No estoy segura de cuándo me di cuenta. Quizás siempre lo he sabido. Pero esa es la verdad y no puedo desmentirla ahora.

-No lo dejes de decir-, dijo Lena, con la voz un poco temblorosa porque todavía no estaba segura de lo que estaba pasando.

Kara sonrió más ampliamente. -No lo haré.

-Pero sigue siendo una locura.

-¿Por qué? En el momento en que vi a mi hija supe que la amaba, puedes saber en el momento en que te sientas al piano que quieres tocar, puedes ver un vestido en el escaparate de una tienda y decidir que lo quieres en milisegundos, la vida es llena de infinitas decisiones tomadas en el menor tiempo posible.