Twenty-Four. Deseos perrunos

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Ve a Jimin saltar de un lado a otro por la habitación, disfrutando de los nuevos muebles que Namjoon le puso. Son varias islitas que salen de las paredes, de esa forma puede dormir acurrucado donde mejor le parezca. A Jungkook no le gusta eso.

Después de todo, Jimin debería dormir en la cama, con él, unidos, abrazados ¿Por qué tan lejos?

Una de esas "islas" o "nubes" como Jimin le gusta llamarle, es rosada y suele empeñarse en estar acostado en esa, hecho una pequeña bolita. A Jungkook lo irrita que Namjoon siempre pasa en el momento justo y lo arropa. Jungkook ha tirado miles de veces esa manta para este momento, cargado a Jimin hacia la cama y con eso, dormir los dos.

A Jimin no le molesta a menos que esté a medio dormir. En dado caso, araña a Jungkook y lo regaña.

No obstante, lo más llamativo es hoy. Jimin está en una más alta, de color azul celeste y con una pierna colgando. Jungkook puede escuchar los ronquidos suaves, también como su corazón late tan lento. Está profundamente dormido.

Jungkook no puede alcanzarlo allá, así que se le ocurre una mejor idea: llegar hasta allá y dormir con él. Sube usando los otros peldaños como escalera y salta al que está Jimin, con la intención de dormir con Jimin encima suyo, que el gato lo use totalmente de cama.

Habría sido una buena idea de no ser porque ni siquiera el metal con el que se sostienen estos cojines, aguanta el peso colosal de Jungkook, haciendo que se caiga él, Jimin y el cojín al piso. Jimin da un chillido a mitad de camino, despertándose en medio de la caída y revolviéndose en el el agarre de Jungkook, arañándole la cara con rabia y un poco de espanto.

Namjoon y Jin se asoman al interior de la habitación, encontrando a Jungkook en el suelo, tan solo lloriqueando—. No quería despertarte, perdón... perdón... Jimin... ¡Jimin-ah! ¡JIMIN-AH! —Jimin se acomoda en el cojín más alto que hay, así al ras del techo. Mira con molestia a Jungkook, tintineando las garras con rastros de sangre.

—No me importan tus disculpas hasta que arreglen mi nube. —Da la espalda para dormir y Jungkook sigue tirado bajo abajo, llenando el suelo con sangre, lágrimas y mocos. Namjoon se tiene que hacer atrás, cubriéndose la risa para no romper a carcajear aquí. Jin suspira, agotado y busca materiales para que Jungkook y Jimin puedan estar subidos a esas cosas al mismo tiempo.

De otro modo, esta tragedia se va a repetir muchas veces.

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incluso si debería ser normal para este momento, a Jungkook lo sigue fascinando las luces en el entorno. La forma en que las energías y auras se entremezclan en los entornos. Hay más bonitos que otros. Los parques son espectaculares. Le gustan las flores, los árboles, el suelo de grama. Quedarse acostado por horas es una pasión muy particular suya.

A veces, es Jimin quien lo tiene que ir a buscar, despertar y guiarlo a casa. En ese aspecto, Jungkook es tan parecido a un perro casero. Incapaz de retornar o no queriéndolo, porque es un lugar muy cómodo en el que está.

Hoy sucede algo distinto: en su camino al parque y acostarse a los pies de un árbol, haciendo tiempo para que Jimin lo busque y lo encuentre, nota a alguien caminando por la acera: un oficial de policía. Lo recuerda vívidamente. Es uno de los que fue al hospital después de que última misión como agente policiaco.

Abre y cierra las manos, tenso y ansioso, presionando la boca. Cambia de rumbo, siguiéndolo discretamente hasta que lo ve entrar a la estación de policía. Adelante suyo, el mismo General que le hizo saber que estaba despedido. Agacha la cabeza, temblando y con ideas distinta paseando por su mente.

Un lado quiere ir al parque.

El otro quiere ir con Jimin, sea donde sea su misión.

El último, quiere entrar ahí... ver qué hacen...

Black Cat | KookMin || BOOK 2#Where stories live. Discover now