... capítulo once

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"Pesadillas."

MORTIMER ESTABA PERDIDO, miraba a todos lados tratando de buscar la salida del laberinto en el que estaba encerrado

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MORTIMER ESTABA PERDIDO, miraba a todos lados tratando de buscar la salida del laberinto en el que estaba encerrado.

Las ramas verdes se enredaban en sus piernas, subiendo desde su tobillo hasta gran parte de su cintura, haciéndole imposible moverse de su lugar.

—— ¡No!, no otra vez. ¡Annabeth! — Llamó el nombre de su amiga, tratando de rasgar las ramas con su mano, lastimándolas en el proceso. — ¡No, no, no! — Las ramas empezaron a envolverse en sus manos también, creando más terror en el pecho de Mortimer. — ¡Luke, ayuda!

Miro a todos lados, sintiendo como sus ojos se llenaban de lágrimas de desesperación. Las ramas lo apretaban de una forma que lo lastimaba. Sus manos empezaban a sangrar, pero no sabía por qué, no se había causado tanto daño cuando trató de liberarse de las ramas.

—— Por favor, ¡alguien ayúdeme! — Las ramas ya habían terminado de envolver sus brazos y gran parte de su torso.

Escucho pasos apresurados que venían de todas partes y una risa de una niña que no podía reconocer, pero que se le hacía familiar.

—— Moritz. — Un susurro en su oído hizo que un escalofrío recorriera toda su columna vertebral.

Volteó su cabeza, viendo como una cabellera roja que parecía fuego, desaparecía en una esquina. Más risas llenaron todo el laberinto y Mortimer sintió como si se estuvieran burlando de él, burlándose de su miseria.

—— ¡Annabeth! — Trató una vez más, sintiendo como ya las ramas empezaban a subir por su cuello.

Nadie respondió, pero sus súplicas patéticas parecían incrementar más las risas, las cuales ahora martillaban su cabeza como el zumbido de un mosquito en la noche que no te deja dormir.

—— Por favor, no no no, no puedo. — Las ramas lo tiraron al suelo, así quedando boca arriba. Empezó a luchar por aire cuando estas apretaron intencionalmente su cuello, dejándolo poco a poco sin aire.

A este punto ya estaba llorando, temiendo por su vida, pero al ver el cielo azul, su mente no pudo evitar pensar en alguien; —— Percy...

El susurro parecía ser escuchado por las risas, pues estas se detuvieron inmediatamente, dejando un silencio aterrador. Más sin embargo, las plantas parecían hacer lo opuesto, apretando más su cuello hasta que los pulmones de Mortimer no pudieron más y con un último suspiro, su pecho dejó de moverse.

Mortimer había dejado de respirar.

.........

Mortimer abrió los ojos, tomando grandes bocados de aire mientras se sentaba en la cama que le había tocado, la cual estaba a un lado de la de Percy.

𝐀𝐍𝐆𝐄𝐋𝐒 𝐋𝐈𝐊𝐄 𝐘𝐎𝐔 | 𝐏. 𝐉Where stories live. Discover now