Capítulo 5

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Los meses iban pasando y poco a poco Merlina y Enid se fueron distanciando más llegando al punto donde ni siquiera se hablaban. La rubia seguía dejando en visto a la pelinegra, o mejor dicho, ni siquiera leía el mensaje que Merlina le había enviado. Enid no sabía cuanto daño le causaba a Merlina con su indiferencia, más porque desde su ventana veía como las nuevas amigas de la rubia la iban a buscar y ella siempre estaba para ellas ¿Por qué para ella ya no? ¿En serio era tan mala amiga que Enid se cansó de ella?

Navidad había llegado y como era costumbre las familias Addams y Sinclair pasaban estas festividades juntas, este año no sería la excepción.

- Mi pequeña escorpión ¿Ya estás lista? - preguntó Homero tocando la puerta de la habitación de la adolescente.

- Si, padre - respondió Merlina abriendo la puerta dejándose ver con un hermoso y elegante vestido negro que le llegaba hasta los pies junto con unos zapatos con tacón, no tan altos por su edad.

- Hora de irnos, los Sinclair nos esperan y tu rubia también - dijo Homero haciendo énfasis en Enid, el señor conocía cuáles eran los sentimientos de Merlina por Enid, pero no estaba al tanto de que ellas ya no eran tan unidas como antes.

Merlina se sonrojó ligeramente ante el comentario de su padre, mientras sentía una agradable molestia en su estómago, como era una reunión programada era lógico que Enid iba a estar ahí y obviamente hablarían ¿Verdad?

Merlina aún recordaba la vez que Enid la dejó como si nada en la cafetería por irse con sus otras amigas ¿se había enojado? Sí, mucho a decir verdad, pero decidió no prestarle atención. Después la rubia la recompensó con una salida la semana siguiente y esa fue la última vez que hablaron en lo que iba del año.

- Feliz navidad, familia Addams - dijo Esther mientras los dejaba pasar dentro de la casa.

- Feliz navidad, familia Sinclair - respondieron los Addams, mientras abrazaban a cada integrante de la familia de Enid, bueno a excepción de Merlina quien sólo les daba la mano porque no le gustaba el contacto físico.

- ¿Y la niña arcoíris? - preguntó Homero haciendo reir a Esther por el apodo tan original que le puso a Enid.

- Fue con sus amigas, dijo que iba a regresar al momento de la cena. Espero y no te importe, Merlina - dijo la señora mirando con detenimiento a Merlina quien negó con la cabeza, pero su mirada reflejaba decepción.

- Hey! Addams ¿qué tal si jugamos un video juego? - preguntó Ian mirando a la pelinegra - Esta vez te ganaré, no tengo pruebas, pero tampoco dudas.

- Será al revés - dijo Merlina segura de si misma, Ian era realmente malo en los video juegos y eso le daba ventaja a ella para poder ganarle sin hacer el más mínimo esfuerzo.

- Y por cierto ¿Quién te tocó como amigo secreto?

- Alguien - respondió Merlina.

Los minutos pasaron y la partida terminó dejando a Merlina como la ganadora por una masiva cantidad de puntos a comparación del mayor de los hermanos Sinclair.

- ¿Cómo lo haces? - se quejó haciendo un puchero que a la pelinegra le recordó a Enid.

- Haciéndolo.

Las horas iban pasando hasta que se marcaron las 00:00 del día 25 de Diciembre, oficialmente ya era navidad, ya habían abierto los regalos y la rubia aún no llegaba.

- Cenemos, Enid dice que va a llegar un poco tarde - dijo Esther.

Todo fue normal a la hora de la cena sólo que faltaba alguien, la rubia. El puesto del lado derecho de Merlina estaba vacío, ese era el lugar que Enid ocupaba en navidad para poder sentarse al lado de ella por petición de la misma rubia cuando eran pequeñas.

Ya era muy tarde por la madrugada y la rubia aún no llegaba, Merlina se sentía algo preocupada principalmente porque no era normal que Enid faltara a una de las reuniones de sus familiares, nunca había faltado a ninguna y la vez que iba a hacerlo fue porque estaba enferma, pero como no quería dejar sola a Merlina en la mesa e hizo todo su esfuerzo para estar ahí.

- Buenas noches ¡Feliz Navidad! - dijo Enid ingresando a la sala donde se encontraban todos - Perdón por la demora, la familia de Yoko insistió en que me quedara con ellos.

- Espera, hija. ¿No vas a cenar? - preguntó su padre.

- No, padre. Estoy cansada, aparte cené con la familia de Yoko, no tengo hambre. Feliz navidad Addams, perdónenme por no quedarme, en serio estoy muerta. Quiero mi camita - dijo Enid para luego irse hasta su habitación.

- Perdonen a Enid, ahorita se la pasa pegada a una tal Yoko y como nos vamos a mudar cerca de su casa ahora parece que vive más allá que acá - dijo Esther con gracia.

- ¿Se mudan? - preguntó Merlina haciendo que la cara de Esther cambiara totalmente.

- Sí, Mer. Pensé que Enid te había dicho, le dije que lo hiciera, por lo mismo le dije a tus padres que no te digan nada.

- Enid no me dijo nada - dijo Merlina con algo de enojo.

El año nuevo llegó y el 3 de enero la familia Sinclair ya estaba preparando todo para su mudanza.

- Los vamos a extrañar - dijo Morticia abrazando a Esther.

- Y nosotros a ustedes, pero como siempre nos vamos a ver en Navidad, la costumbre no se pierde ni aunque pasen los años y hayan diferentes circunstancias en el camino - dijo Esther.

- ¿Y Enid? - preguntó Homero al ver que la rubia no se encontraba ahí.

- Ya está en la nueva casa, se adelantó porque dijo que tenía que arreglar su cuarto cuanto antes, ya sabes cosas de adolescentes - dijo el señor Sinclair.

- Ahora que Merlina va a ir a la prepa podrán verse todos los días nuevamente - dijo Homero muy sonriente.

- Sí, espero y no pierdan la bonita amistad que tienen. Al final de cuentas ahora se verán en la preparatoria, no tendrán qué preocuparse por cómo está la otra - respondió Murray.

En febrero terminaban las clases y ya para el mes de abril Merlina ya sería una estudiante de primer año de preparatoria y al final estaría en el mismo instituto de Enid.

Ahora sí todo sería igual que antes ¿Verdad?

Merlina por su parte estaba haciendo poemas en su habitación, la pelinegra estaba preparándose para el nuevo año escolar, pues era una costumbre que ella dejara todos los días poemas o notitas en el casillero de Sinclair para que esta comenzara bien su día, Enid se alegraba mucho al leerlas y para la pelinegra era su forma de mostrar su cariño. Todo era a través de las palabras.

Enid seguiría amando sus poemas ¿Verdad?

AceptaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora