Capítulo 6

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Merlina se encontraba arreglandose en su habitación, bueno mejor dicho haciéndose sus habituales trenzas, a la pelinegra no le gustaba maquillarse y si lo hacía era para ocasiones especiales, tampoco era como si lo necesitara, pues no tenía ojeras, tenía unos rasgos finos y marcados lo cual la hacían naturalmente atractiva.

- Mi pequeña tarantula ya llegó el bus - avisó su madre desde la sala, Merlina cogió sus cosas y se apresuró en irse - ¡Que te vaya terrible en tu primer día de clases!

- Gracias, Madre - dijo Merlina

El bus tardó aproximadamente 30 minutos para recoger a todos sus pasajeros, los cuales también eran de la misma preparatoria de Merlina y tardó otros 10 minutos más en llegar hasta el instituto.

Merlina ingresó a aquella gran estructura con mucha determinación, mientras caminaba recibía miradas juzgadoras de todos los alumnos, no sólo por su estilo si no porque tenía una carta y un batido ocupando sus manos.

Observaba con detenimiento a cada uno de los estudiantes que andaban por el pasillo, se llevó una decepción al percatarse que ninguno se trataba de Enid Sinclair, tal vez su amiga llegaría algo tarde.

Según tenía entendido le tocaba el grado A, obviamente no iba a preguntarle a ninguno de los alumnos dónde quedaba, lo buscaría por su cuenta.

La preparatoria era extremadamente grande, lo suficiente como para perderse, pero por suerte de Merlina su madre le había dado un mapa con las indicaciones necesarias de dónde está cada lugar, tanto visible como oculto del instituto. Tal vez y aproveche para encontrar algunos escondites que le sean útiles en algún futuro no tan lejano, al final de cuentas Merlina odia socializar, así que podría escoger uno de ellos para esconderse en la hora de descanso o cuando simplemente no quiera ir a clases.

- Es aquí - dijo Merlina deteniéndose frente a una puerta la cual en la parte superior tenía un letrero que decía "Primero A" confirmando que ese era el aula donde pasaría las siguientes 8 horas de su insípida vida.

Entro al aula y se encontró con tres chicas, una era peculiarmente conocida para ella, Enid Sinclair.

- Miren nada más, ya tenemos nuevo juguetito - dijo una pelinegra con burla - Lo que nos faltaba, una niñita gótica y rara ¿No verdad, Niddie? - Enid no sabía que responder, tenía a Merlina al frente de ella, pero al mismo tiempo estaba al lado de sus nuevas amigas las cuales le costó conseguir. No tendría nada de malo si sólo por esta vez se pone del lado de sus otras amigas ¿Verdad?

- Mínimo no ando con lentes de sol mientras camino por mi instituto - respondió Merlina - creía que aún no habías llegado, Enid - dijo Merlina son una ligera sonrisa - Toma esto es para ti - le dió la carta que había hecho y el batido que su madre le mandó como presente, era un batido de fresa, el favorito de la rubia.

- ¿La conoces, Niddie? - preguntó una chica de pelo corto mirando despectivamente a Merlina.

- No - se apresuró a decir Enid, pero al ver como Merlina la miraba sorprendida bajó la cabeza - Digo si... Digo ¿tal vez? - dijo la rubia - Tipo.. vivíamos en la misma urbanización, si la conozco.

- ¿Y eran amigas? - preguntó la chica de pelo lacio.

- No, pero ella se obsesionó conmigo - después le pediría disculpas a Merlina, ahora tenía que asegurar su puesto en el trio.

- Tanto que hasta te trajo un batido. Entonces no te importaría si lo tomo y... - antes de que Yoko pueda tomar el batido de Enid, la rubia de lo impidió conociendo a la perfección cuál era el plan de la pelinegra.

- No desayuné, por esta vez se lo aceptaré - dijo la rubia con un sonrojo adornando sus mejillas, ni siquiera podía ver a Merlina quien aún no había dicho ni una sola palabra.

- ¿Eh? - Merlina no sabía en qué momento Yoko la había cogido del cuello.

- Mira niña hay dos cosas que te deben quedar claro, número uno nosotras mandamos en este instituto y número dos no vuelvas a acosar a nuestra amiga ¿Entendido? - Yoko estaba apunto de golpear a Merlina, pero paró por el sonido del timbre indicando el comienzo de las clases - Tienes suerte, mañana no te salvas, vámonos chicas - dijo la pelinegra y tanto Enid como Divina la siguieron.

Merlina sólo se sentó en el asiento de adelante y esperó a que llegaran sus demás compañeros mientras atendía el debate que se había armado en su cabeza

Acaso... ¿Enid la había negado?

AceptaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora