Capítulo IV

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Se encontraba totalmente absorto en sus pensamientos sin haberse movido apenas desde que había tomado asiento en el suelo frente al gran ventanal de su habitación y observando como el sol comenzaba a iluminar la ciudad tras varios de días de lluvia. Parecía que por fin se podría apreciar mejor el cambio de estación, aunque la imagen que estaba viendo era bastante similar a la de otros años, impidiendo salir a disfrutar de los días primaverales.

Sin embargo, su concentración terminó al ver unos mensajes entrantes en su interfaz logrando que hiciera a un lado todas las ideas que cruzaban por su mente en ese momento y se centrara en el leer el contenido de estos, sorprendiéndose al ver que el remitente era una persona distinta a la de tres amigos más cercanos. Antes de poder responder a estos, una vio que tenía una llamada entrante de esta misma persona.

¿Alegre por volver a saber de mí? –sonrió ante las palabras que dijo a modo de saludo aquella persona–. Veo que te he dejado sin palabras, ¿eh?

–Empezaba a preocuparme por ti, llevo semanas sin verte.

Siento no haber podido dar señales de vida hasta ahora, he estado un poco ocupado –se disculpó de manera breve–. Aunque no creáis que podéis deshaceros de mí con tanta facilidad.

–Por desgracia lo sabemos –respondió con más ánimo.

¿Has estado bien?

–Por supuesto que sí, estás semanas todos hemos estado bastantes ocupados con nuestros asuntos.

No sé por qué pienso que me estás mintiendo.

–Agradezco mucho tu preocupación –suspiró suavemente antes de cambiar sutilmente el tema de conversación–. ¿A qué debo el honor de tu llamada?

No creas que no me he dado cuenta de que intentas evitar el tema a toda costa –murmuró resignado–, pero si te apetece hablar sobre ello puedes llamarme a cualquier hora, ¿sí?

–Gracias –sonrió ante las palabras del mayor–. Entonces, ¿me vas a decir el motivo por el cual me has llamado?

¡Oh! Tan impaciente como siempre –negó suave con la cabeza–, pero no te lo diré todavía.

–¿Por qué tantos rodeos Naoto?

Tranquilo Takemichi, nos vemos está noche en el restaurante al que soléis ir todos –continuó especificando la hora y haciendo algún comentario más–. Así que avisa a Chifuyu, Kisaki y Hanma quiero daros la noticia a vosotros primero.

–Está bien, les avisaré ahora.

La llamada se cortó sin previo aviso, desconcertando unos segundo al rubio por lo abrupto que había sido todo y casi sin poder terminar lo que estaba diciendo. Decidió llamar a los chicos ignorando eso, esperando pacientemente a que estos respondieran sus llamadas y escuchando sus breves saludos a medida que se unieron.

–Hace poco me ha llamado Naoto y dijo que quería vernos está noche para decirnos algo importante en el restaurante al que solemos ir.

¿No te dijo nada más?

–Ni siquiera me dio tiempo a despedirme de él.

¿A qué hora habéis quedado?

–Sobre las diez, así que nos vemos a las nueve y media en el estacionamiento.

Claro compañero, nos vemos luego.

Yo os veo en el restaurante, porque mi hermano quiere que le ayude a ordenar unos documentos.

Rebelión Digital: Ecos del Futuro [TakeMikey]Where stories live. Discover now