Capítulo VI

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Se sobresaltó al escuchar una voz justo detrás de él cuando creía que se encontraba totalmente solo en aquel lugar y que ya no quedaba nadie más en los alrededores. Su cuerpo reaccionó con rapidez al ponerse de pie y retroceder un par de pasos por instinto, manteniendo unos metros de distancia con la persona que ahora se encontraba frente a él.

Reconoció esa voz enseguida.

Era la misma persona que había pasado frente a él y sus amigos mientras huía de los agentes un par de días atrás y al igual que aquella noche no podía ver su rostro gracias a la capucha de la chaqueta gris oversize que llevaba puesta en ese momento y se sorprendió, cuando sacó la mano derecha del bolsillo de esta para apartar aquella parte de la prenda y pudo observar una prótesis. Se quedó sin palabras al ver los ojos azules y brillantes del chico rubio que suponía que tendría su edad más o menos, ahora que podía ver todas sus facciones sin ningún obstáculo de por medio, e incluso podría llegar a decir que era menor que él.

–¿Te comió la lengua el gato, Manjiro? –el contrario fue el primero en romper el silencio que se había creado entre ambos–. A juzgar por tu actitud, no pensé que fueras alguien de pocas palabras.

–¿Cómo es que sabes mi nombre? –fue lo primero que se le ocurrió preguntar.

–Me gusta que vayas directo al grano –soltó un risa leve–. ¿Puedo sentarme?

Sin darle opción alguna a responder, Takemichi se acercó a los escalones para tomar asiento en uno de estos sintiendo la mirada intensa y con un destello de desconfianza del rubio ceniza sobre su persona y tampoco podía decir nada acerca de su reacción, pues si él estuviese en su lugar admitía que estaría igual o peor.

–Puedes sentarte también, que no muerdo.

–Te hice una pregunta –imitó sus acciones dejando varios centímetros de distancia entre ellos–. ¿Cómo es que sabes mi nombre?

–Te he estado investigando –se encogió de hombros sin darle mucha importancia a la respuesta que le había dado–. ¿Prefieres que te llame Manjiro o Mikey, al igual que tus amigos?

–Eso dependerá de las intenciones que tengas.

–¡Hey! –levantó las manos mostrando que no tenía malas intenciones–. No hace falta que estés a la defensiva conmigo.

–¿Cómo quieres que no lo esté? –se cruzó de brazos–. Aparentemente, yo no te conozco de nada, pero tú a mí si porque dices que me has estado investigando.

–Supongo que es normal que estés así.

Solo suspiró, esperando a que Mikey dijera algo más o volviera a realizar alguna otra pregunta hasta que vio que este no tenía intenciones de seguir hablando tras estar un par de minutos más en silencio sin que ninguno de los dos pudiese apartar la vista del otro analizando cada uno de sus movimientos.

–Soy Takemichi Hanagaki –extendió la mano.

–Creo que ya no hace falta que me presente –contestó Mikey estrechándola con recelo–. ¿Está bien que un miembro de Valhalla vaya ventilando su nombre por cualquier lugar?

–Eres el único, aparte de mis amigos –señaló con obviedad–, que sabe que pertenezco a Valhalla y mi nombre.

–Ya veo –se quedó pensativo durante unos segundos–. ¿Has investigado a mis amigos también?

–Por supuesto que lo he hecho –dijo tranquilamente–. Me gusta saber con qué tipo de personas estoy tratando y más si todos pertenecen a la famosa Tokyo Manji Gang.

Las últimas palabras lograron que Mikey se paralizara al descubrir que alguien más conocía las identidades de cada uno de los miembros y para el colmo que pudiese tener más información acerca de otros aspectos de su vida que pudiera usar en su contra.

Rebelión Digital: Ecos del Futuro [TakeMikey]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora