Capítulo 6

40 12 0
                                    

(PERSPECTIVA DE YUUJI)

No entiendo qué está pasando.

Satoru es solamente mi amigo, y yo acabo de terminar con Nobara, una mujer. Soy hetero, o eso creo. El hecho es, que jamás en mi vida miré de manera romántica y, mucho menos, lujuriosa a un hombre.

Sé que no tiene nada de malo, y no suelo dejarme llevar por viejos prejuicios de épocas arcaicas, pero esta sensación es nueva para mí.

No puedo dejar de mirarlo, su bendito baile me tiene hechizado. Es sensual, excitante, delirante. Mi entrepierna reacciona a cada uno de sus movimientos y por más que quiera, no puedo evitar sentir el incontrolable deseo de tenerlo más cerca, moviéndose, bailando, frotándose en mi cuerpo.

Desde que se dio cuenta que lo observo no ha dejado de mirarme. Sus bellos ojos celestes me tienen hipnotizado, al parecer le deleita ser admirado.

Sus manos recorren su cuerpo, su cintura, sus caderas, de arriba a abajo y viceversa. De pronto uno de sus dedos entrelaza en su camisa, levantandola. Es entonces que puedo ver brevemente su blanco abdomen estrecho y marcado, lo cual me recuerda a los perfectos torsos griegos de mármol.

Qué ganas de...

No, ya basta. No puedo seguir con esto.

Con la poca fuerza de voluntad que me queda, me levanto de mi asiento y me dirijo al baño. Mi p*ne no resiste más, de algún modo tengo que "descargarlo".

Entro a los sanitarios, hay tres personas que al parecer ya van de salida, así que simulo lavarme el rostro mientras ellos se van. Una vez que me encuentro solo me dispongo a entrar a uno de los cubículos, pero...

- ¡Yuuji! ¡Con que aquí estabas!

Satoru acaba de irrumpir. Camina tambaleándose un poco y se dirige hacia mí.

- Creo que ya me pasé un poquito de copas - (eso es evidente) - Y Jumpei se ha quedado dormido en uno de los asientos. Tú.. ¡hip! ¿Tú podrías llevarnos a casa? - junta sus dos manos como quien hace una plegaria y me mira con ojos de gatito abandonado - Por favor, Yuuji ¿Puedes, puedes, puedes?

Suspiro, agotado por la situación, pero no puedo negarme, pues al final ya sabía a lo que venía.

Por suerte su actitud infantil me quitó un poco el líbido, así que creo poder resistir hasta llegar a mi casa y masturbarme con tranquilidad.

Camina apoyado mi hombro para no caerse, hasta que llegamos a los asientos donde Jumpei está recostado. No es muy difícil levantarlo, un gato pesaría más que él.

Con los dos borrachos en cada hombro, me dirijo a la salida hacia dónde está estacionado el auto.

Le quito el seguro y Satoru sube de inmediato en el asiento del copiloto, así que solo me queda recostar a Jumpei en los asientos de atrás.

Una vez que los dos ebrios ya están listos y dormidos, enciendo el auto para emprender marcha. Pero la voz de Satoru me toma por sorpresa.

- Deja primero a Jumpei. Luego a mí, en mi departamento. Si deseas puedes llevarte mi auto, o si no, lo dejas en la cochera del edificio y pides al encargado que te consiga un taxi.

Y se quedó dormido.

.

.

.

.

A duras penas he dejado a Jumpei en su casa. Se puso pesado y se lanzó a dormir en su sillón. Ya no le insistí. Volví al auto y me dirigí rumbo al departamento de Satoru.

DELIRIOWhere stories live. Discover now