Capítulo 15 - Amigo de tus amigos

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—¡Shh! Calla Ruslania que estoy tuiteando para mis miles de followers que mi mejor amiga estrena single el viernes.

La voz de Álvaro interrumpió el discurso de Ruslana, que lo miró ofendida. La reacción a sus palabras no se hizo esperar, fue casi automática. Bea alargó la mano y golpeó el brazo del sevillano, que se encontraba sentado a su lado. Este se encontraba tan centrado en su quehacer, con la mirada pegada en la pantalla de su teléfono, que ni siquiera se dio cuenta del tortazo. Pero Rus agradeció que Bea la defendiera.

—Quinto mes, la próxima vez que me mandes callar te cierro la boca de un puño—Ruslana rodó los ojos y se recostó en su asiento, colocando frente a sus ojos las gafas de sol que antes reposaban en lo alto de su cabeza—Además, Naiara es la mejor amiga de Juanjo, fantasma.

La mirada de Juanjo se movía de uno a otro de sus amigos, esperando ahora la respuesta suspicaz de Álvaro. Imitó la postura de la pelirroja, echado sobre la silla de plástico quemado por el sol que soportaba su peso y dio un trago a su cerveza con una sonrisilla asomando en sus labios.

—Eso lo dirás tú. Naiara es MI mejor amiga personal, ¿acaso el jotero la tiene en su top 1 artistas de siempre de Spotify o le está haciendo publicidad en Twitter?—levantó la mirada buscando la respuesta del maño, que negó lentamente antes de darle una calada a su cigarro.—Ale, pues eso.

Chiara soltó una carcajada que resonó en la silencio de la mesa. Ni siquiera Ruslana le siguió el rollo, sino que bajó sus gafas para descubrir sus ojos y los puso en blanco en dirección a Juanjo, que negó mientras sonreía ante el gesto.

—Voy a hacer la pregunta que todos queréis hacer—habló Juanjo, captando la atención de todos los presentes—¿Podemos dejar de invitar a Álvaro a estas cosas? Ya pasamos demasiado tiempo juntos.

—Si es que no estaba invitado—apostilló Martin, dejando ver claramente el tono jocoso de su comentario, Ruslana asiento en su dirección en aprobación a sus palabras—Me ha visto salir de casa y se ha venido detrás.

Aquel comentario hizo que Álvaro soltara su teléfono sobre su regazo y observara al grupo que lo rodeaba con una ceja elevada, dejando a Martin para el final. La escena era tan cómica que parecía sacada de cualquier comedia adolescente de renombre.

—Oye por favor, que esta gentuza sea mala gente vaya y pase. Pero tú no Martin, que eres de los buenos. Pensaba que éramos amigos—el sevillano trató de imitar un falso tono de pena, a lo que Juanjo no pudo evitar soltar un sonidito cuando intentó ocultar la carcajada que trataba de escapar.

— Not for much longer, mayoneso—apostilló la menorquina, apuntándolo con la pajita que minutos antes reposaba en el vaso vacío de lo que había sido un batido de chocolate. Aquel gesto terminó con el último ápice de seriedad que quedaba entre los miembros del grupo, haciendo que todos los presentes estallaran en carcajadas en mitad de la terraza de la cantina de la facultad de Música y Artes Escénicas.

—¡Bea! ¡Defiéndeme que la guiri me amenaza!

La madrileña, lejos de atender a las súplicas de su amigo, encadenaba una carcajada con otra mientras limpiaba las esquinas de los ojos con una servilleta para no echar a perder su delineado gráfico color violeta. Tras unos minutos, en los que Álvaro no podía hacer otra cosa que mirarlos carcajearse con los brazos cruzados sobre el pecho -muy tentado a unirse a las risas sin sentido de sus amigos-, Bea pudo recobrar el aliento el tiempo suficiente para decir:—Es que ha sido muy gracioso y no puedo hablar mientras me descojono, perdón.

Las risas continuaron unos minutos más, puesto que cuando parecía morir en la boca de alguno de ellos, sus ojos se cruzaban con los de otro de los amigos, aún carcajeándose, y volvía a contagiarse.

¿Quién es ese Juanjo? Where stories live. Discover now