12. Una gotita del miel

6.3K 377 39
                                    

Violeta se encontraba sentada en una mesa con su libreta encima de la misma. La pelirroja esperaba a que Chiara llegara a la cafetería en la que habían quedado. Volvió a mirar el móvil: las 10:30h.

«Bueno, no pasa nada, 15 minutos de retraso» pensó Violeta.

Hoy la granadina se había levantado de buen humor, por lo que no le importó que Chiara se estuviera retrasando. De hecho, hasta se le había pasado algún pensamiento positivo sobre su reunión, incluso sentía que tenía ciertas ganas de ver a la menorquina. Unos pensamientos que, sorprendentemente, no trataba de alejar de su cabeza, aunque tampoco quería darles mucha importancia. Desde su encuentro en el ascensor, Violeta no había dejado de pensar en la entrevista con la menorquina, aunque la pelirroja se excusaba en que esos pensamientos eran puramente profesionales.

«Será porque estoy feliz hoy» pensó Violeta.

La periodista había pasado por la oficina antes de acudir a la cita, quería hablar con su jefe para informarle del progreso con la entrevista, que se había mostrado muy entusiasmado con lo que Violeta llevaba hasta el momento, lo que había sido un chute de energía para la periodista. La pelirroja removía su café cuando escuchó el sonido de la puerta y levantó los ojos, encontrándose con una Chiara agitada, que le buscaba con la mirada. Cuando la divisó entre las mesas, la morena se acercó a paso ligero y puso las manos sobre el respaldo de la silla que estaba vacía.

-Hola, perdón. Perdón. -dijo Chiara tirando de la silla y sentándose en ella.- Ya estoy.

-¿Va a ser costumbre que me hagas esperar? -preguntó Violeta con un tono vacilón.

-Es la última. Te lo prometo. -dijo Chiara.

-Mmm... no sé si creerte. -respondió Violeta con el mismo tono, al ver que Chiara no captaba que estaba de broma.

-Que si, de verdad. -contestó la morena con la respiración todavía agitada.

-¿Segura? -insistió Violeta.

-De verdad de la buena. -dijo Chiara asintiendo rápidamente, haciendo que Violeta se tuviera que morder la sonrisa, evitando sacarla a la luz delante de la menorquina.

«¿Cómo puede ser tan inocente y al mismo tiempo ponerme tan nerviosa?» pensó para sí misma Violeta.

-¿Quieres algo? -preguntó Violeta.

-Un zumo de naranja. -dijo Chiara.- Pero ya voy yo.

-Tranquila. -dijo Violeta levantándose de la silla.- Eres mi entrevistada.

-¿Segura? -preguntó la morena, haciendo que Violeta asintiera.- Mmm... una cosa, ¿sabes si tienen galletas de chocolate?

-Y muy ricas. -apuntó la pelirroja.- Te pido una.

-Gracias. -dijo Chiara mientras veía como la periodista se alejaba hacia la barra.

«Está como demasiado alegre hoy» pensó la morena observando como Violeta pedía su desayuno.

Tras unos minutos de espera, la pelirroja volvió con lo que Chiara le había pedido y lo dejó sobre la mesa, volviéndose a sentar en la silla enfrente de la morena.

-Muchas gracias. -dijo Chiara con una pequeña sonrisa.- No hacía falta.

-¿No te gusta el café? -preguntó Violeta.

-Más o menos... con miel. -respondió Chiara.

-Una gotita de miel nunca está mal. -dijo la pelirroja.

-Si... bueno, soy más de muchas gotitas de miel. -añadió Chiara.

-¿Vas a acabar con el abastecimiento mundial de miel? -preguntó cómica Violeta.

Pared con Pared | KiViDonde viven las historias. Descúbrelo ahora