máquina del tiempo

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Esto es completamente fuera de la realidad que conocemos , tal vez en un futuro pase pero por ahora es mi imaginación

En este mundo may no es autista.

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Alejandra nunca olvidaría el día en que encontró los objetos cortantes escondidos en el cajón de Angela. Fue un descubrimiento que la dejó sin aliento, con el corazón palpitando en su pecho y un nudo en la garganta. Se había aferrado a la esperanza de que los cambios de humor de su hija y su retraimiento fueran simplemente parte de la adolescencia, pero ahora se enfrentaba a una verdad inquietante que no podía ignorar.

Con manos temblorosas, recogió las hojas de afeitar y las cuchillas de afeitar, sintiendo cómo la realidad se desmoronaba a su alrededor. ¿Cómo pudo no haber visto las señales antes? ¿Cómo pudo haber estado tan ciega ante el sufrimiento de su propia hija?

El miedo y la angustia la invadieron mientras las lágrimas amenazaban con desbordarse. Quería correr hacia Angela, abrazarla, asegurarle que todo estaría bien, pero sabía que había un abismo entre ellas que no podía cruzar fácilmente. Tomó una respiración profunda, tratando de contener sus emociones, y se dirigió hacia la habitación de su hija, decidida a enfrentar la verdad, sin importar lo dolorosa que fuera.

Al ver a Angela parada frente a ella, con los brazos cruzados y una mirada desafiante en sus ojos, Alejandra sintió un nudo en la garganta. Quería decir tantas cosas, pero las palabras parecían atrapadas en su pecho, ahogadas por la abrumadora marea de emociones que la envolvía.

"¿Angela, qué es esto?" Su voz sonaba ronca, apenas un susurro, mientras sostenía los objetos cortantes en su mano temblorosa.

Angela la miró con una mezcla de sorpresa y resentimiento, como si no pudiera entender por qué su madre estaba allí. "¿Qué estás haciendo aquí, mamá?" respondió, su tono lleno de amargura.

Alejandra luchó por mantener la compostura mientras miraba a su hija, buscando desesperadamente alguna señal de la niña que una vez había conocido. "¿Por qué no me lo dijiste, Angela? ¿Por qué no me dijiste que estabas sufriendo tanto?"

Angela soltó una risa amarga, sus ojos llenos de desdén. "Porque no entenderías, mamá. No puedes entender lo que estoy pasando."

Las palabras de su hija la golpearon como un puñetazo en el estómago, y Alejandra se sintió abrumada por una ola de tristeza y desesperación. Quería gritarle a Angela que la amaba, que estaría allí para ella sin importar qué, pero sus palabras se quedaron atrapadas en su garganta, impotentes e inútiles.

"No puedo ayudarte si no me dices lo que está pasando, Angela", murmuró, su voz temblando con la emoción. "Pero estoy aquí para ti. Siempre lo estaré."

Angela la miró con incredulidad, sus ojos llenos de una mezcla de ira y desesperanza. "No puedes ayudarme, mamá. Nadie puede."

Y antes de que Alejandra pudiera detenerla, Angela se dio la vuelta y salió de la habitación, dejando a su madre sola en medio de un mar de emociones turbulentas. Mientras las lágrimas rodaban por sus mejillas, Alejandra se preguntaba si alguna vez podría recuperar la conexión perdida con su hija, o si el abismo entre ellas seguiría creciendo hasta separarlas para siempre.

La tensión en la habitación se volvió palpable cuando Sofía irrumpió justo en el momento en que Angela intentaba escapar, sin entender del todo la escena que se desarrollaba frente a ella. Sus ojos se abrieron con sorpresa y preocupación al ver a Alejandra y Angela en medio de una confrontación cargada de emociones.

Sofía se apresuró hacia Angela, agarrándola del brazo con una mezcla de preocupación y determinación. "¿Qué está pasando aquí?", preguntó, su voz temblando ligeramente mientras observaba la expresión afligida de Alejandra.

Notas En La Pista Where stories live. Discover now