Capítulo 38

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Isabell

Miro fijamente sin parpadear a Ayla mientras finjo no notar como Nicolás sube la manga de su esmoquin para girar de forma premeditada la circunferencia de su reloj. Según había estudiado Dominik antes, por medio de ese reloj podía controlar todas las cámaras de seguridad del perímetro donde se encontrara, es la llave maestra del magnate.

Posiblemente esté buscando al resto de mis acompañantes, no son idiotas y deben sospechar que no me arriesgaría a entrar a un territorio enemigo sin un poco de ayuda. Solo espero que Alex y Melanie sean lo suficientemente astutos como para descubrir donde estamos sin que los acorralen.

—¿Recuerdas tus vacaciones a los 14 años? —cuestiona Ayla atrayendo mi atención.

Trato de hacer memoria a la fecha que me dice y el azul del atlántico viene a mi mente. Estuvimos en las Bahamas.

—Primer viaje familiar que realizamos con todas las partes de la familia... Oh bueno, la mayoría —respondo al recordar que Frederick no tuvo oportunidad de incluirse en la familia por las mentiras de mis padres.

—Con todas las partes —me corrige y la miro sin entender.

—¿A qué te refieres?

—Trato de decirte que todos los que comparten nuestra sangre y seguían vivos estuvieron en ese viaje. Que tú no los notaras no quiere decir que no fueran.

—Siempre hemos estado cerca, no nos gusta perdernos los espectáculos —agrega Nicolás sonriéndome brevemente lo que ocasiona que las líneas que se le marcan alrededor de la boca se encrespen.

—¿Es esa la razón por la que me dejaste encerrada durante 5 horas seguidas dentro de una habitación?

Durante unos segundos que se me hacen eternos, Ayla mira un punto por encima de mi cabeza. Parece que estuviera sumergida en un recuerdo, como si mis palabras le hubieran recordado algo.

—Sí y no —me dice finalmente saliendo del ensimismamiento—. Esa vez te mantuve encerrada para que no pudieras arruinarlo todo al verlos.

—¿Qué no lo arruinara todo, dices? ¿Qué mierda era lo que habían planeado? —comienzo a exasperarme.

—Joder a tu padre —responde simple Nicolás y ante la mirada furibunda que le dedico procede a explicarme mejor—. No espero que seas capaz de comprender ninguno de nuestros motivos porque sé que no fuiste bendecida con el don de los Weber, pero aun así voy a ser lo suficientemente hospitalario como para explicártelo porque estás en mi propiedad, de infiltrada, pero te convertiste en una invitada, al fin y al cabo.

¿Con invitada se refiere a que daban por hecho que vendría esta noche y me habían estado esperando? Aunque es imposible, porque nadie que no fuera de fiar sabía que había viajado hasta aquí, ni siquiera mis padres tenían manera de saberlo.

—Como ya sabrás, soy Nicolás Weber, me desenvuelvo en instrumentarías de todo grado de letalidad, desde efectivas armas a corta distancia a potentes bazucas capaces de destruir un pueblo entero desde kilómetros, lo que ha dado pie para convertirme en el magnate armamentista con mayor poderío del continente y posicionarme como el líder de oposición de la banda criminal más sanguinaria de Alemania.

Bostezo en grande y llevo una mano a mi boca para tapármela como si no hubiera sido mi intención bostezar, pero aun así interrumpiendo la fanfarronería del hombre que tengo delante.

—¿Te aburro?

—No quería ser descortés, pera ya que lo mencionas...

—Te conviene más mantener la boca cerrada y el oído atento que intentar hacerme irritar, porque podrías lamentarlo luego —amenaza con una calma abrumadora señalando el vidrio en la pared en donde puedo ver a Dominik siendo arrastrado medio inconsciente entre cinco hombres a un rincón de la habitación.

Tiro a ciegas © [TERMINADA]Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang