11.- Tengo un plan.

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Eran las 9:20 de la mañana, me encontraba impaciente esperando en mi apartamento a la Profesora Manobal. Le había dicho a mi Unnie que me sentía mal, que algo de la comida no me había caído bien y que me quedaría en casa. Le había mentido una vez más pero no importaba con tal de tener un lugar tranquilo en el que poder hablar con la maestra. Ella se había ofrecido quedarse a cuidarme pero le había insistido en que tenía que ir a todas sus clases ahora que las evaluaciones estaban cerca. Jisoo dijo que estaría al pendiente del celular por cualquier cosa y que vendría corriendo a casa si la ocupaba.

Estaba en mi sala vestida solo con mi short de pijama y una camiseta tres veces mi talla. Había lavado mi rostro, mis dientes y cepillado mi cabello para intentar verme un poco más decente. Después de lo del día de ayer me encontraba confundida, desorientada y sobretodo triste ¿cómo es que Lisa me había ocultado que tenía un esposo y un hijo? ¿Por qué se había involucrado conmigo entonces? ¿Qué quería de mí?

El sonido del timbre me sacó de mis pensamientos y caminé con rapidez hacia la puerta, estaba ansiosa por verla. En cuanto la abrí encontré a una recién duchada Lisa y mi corazón se agitó al verla tan resplandeciente. Traía unos lentes de sol oscuros con una holgada camisa blanca que resaltaba lo ancho de sus hombros y lo estrecho de su cintura. En sus largas piernas usaba un pantalón del mismo color y unas sandalias adornaban sus pies.

Se veía tan sofisticada y poderosa que parecía otra persona. No lucía como la Profesora jovial que me daba clases cuatro veces por semana.

—¿Buenos días?— dijo divertida viéndome y caí en cuenta lo fuera de lugar que me veía a su lado— ¿Muy temprano para ti princesa?— preguntó en el mismo tono.

—Pasa— contesté avergonzada por la mala decisión de no arreglarme pero tampoco imaginé que ella vendría luciendo como una mujer de la alta sociedad— ¿gustas algo de tomar?— cuestioné nerviosa. A comparación de ella, yo no tenía ninguna botella de licor en la casa y hasta donde recordaba sólo había jugo de arándanos casi por terminar.

—Mmm creo que quiero otra cosa— murmuró sonriente antes de tomar mi rostro entre sus grandes manos y besarme. Sus labios se movían con tranquilidad sobre los míos y suspiré al sentir su lengua rozar la mía con tanto aprecio que sentí la calidez inundar mi pecho— Te extrañé tanto mi amor, estaba tan preocupada por ti. No respondiste mis mensajes ayer— dijo tomando asiento en mi sillón. Mi casa no era tan enorme ni tan lujosa como era la de ella pero sí muy hogareña, Jisoo y yo nos habíamos esforzado para darle un toque acogedor y la decoración diría yo que era una muy agradable.

—Me quedé dormida cuando llegué. Me sentía demasiada relajada y no quería pensar mucho— hablé sentándome a lado de ella— ¿podemos hablar de lo que pasó ayer?— pregunté seria. La linda Profesora asintió y tomé aire antes de empezar mi interrogatorio— ¿Por qué no me contaste nada? ¿No confías en mí?

—No es eso Rosie— suspiró fuerte y tomó mi mano entre la de ella antes de seguir hablando— No te había dicho porque pensé que me divorciaría pronto de Frédéric. Él ha estado aplazándolo, se niega a firmarlo para que yo siga atada a él.

—¿Lo amas?— murmuré no muy segura de querer saber la respuesta.

—Para nada, jamás lo amé— dijo al parecer honesta.

— El niño, ¿es tuyo?— inquerí nerviosa.

—Sí y no— rió volteándome a ver— Es el sobrino de Fréd, su madre murió cuando él era muy pequeño y lo hemos cuidado como nuestro hijo. Se llama Antoine y creo que te caería bien— agregó apretando una de mis mejillas con sus dedos.

—Entonces estás casada con un hombre que no amas y eres mamá de un niño que no es tuyo— repliqué viéndola fijamente— ¿Estás diciendo la verdad? Necesito que seas honesta conmigo Lisa.

Guilty Consience (Chaelisa)Where stories live. Discover now