Las dos boticarias

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Cruzando el barrio rojo y caminando unas calles, nos encontramos con una pequeña casa en donde hay tres boticarios. Dos de ellos son unas jovencitas de 17 años.
Eran mellizas, las dos eran de piel blanca, con pecas pintadas por su seguridad, eran de baja estatura, con ojos grandes y con cabello largo lacio.

Una tenía tenía flequillo, cabello verde oscuro y ojos azul cielo. La otra no tenía flequillo, tenía el cabello negro y ojos como rojizos, aunque algunas personas decían verlo como con una mezcla de rojo y muy ligeros tonos rosas. Ambas usaba el mismo peinado con los mismos accesorios.

Ambas eran boticarias y ambas compartían la misma emoción al encontrar hierbas medicinales. Siempre iban juntas a buscar materiales para hacer medicinas y así se cuidaban mutuamente.
Vivían con su padre adoptivo, Loumen, el fue el que les enseñó todo lo que saben hasta ahora y aún continúan aprendiendo más.

—¿Podrían llevar estas medicinas a la casa Verdigris? -Preguntó Loumen.

—Sí, después iremos a buscar materiales para hacernos las pecas, se nos ha terminado todo y solo nos queda lo que llevamos puesto. -Maomao se señaló la cara, mientras Loumen le entregaba las medicinas su melliza.

—Bien, pero vayan con cuidado. Últimamente han habido muchos secuestros.

—Esta bien. —Dijeron las dos despidiéndose para salir de la casa.

Ambas caminaron tranquilamente hasta llegar a la casa Verdigris y dejar las medicinas.

—¡Hola! -Pairin se acercó abrazando a las dos con fuerza.

—No respiro... -Dijo la pelinegra.

—¡Lo siento! -Se disculpó Pairin.

Las mellizas estaban recuperando el aire y la anciana que dirige la casa entró a la sala.

—Ah, espero que ninguna cause ningún alboroto como la última vez. ¡¿Cierto, Maomao y _____?!

—Maomao fue la que causó la explosión, yo ahí no tuve nada que ver. Solo estuve presenciando el momento...

—Traidora... -Le susurró Maomao.

—¿No han pensado en volverse cortesanas? Les iría muy bien.

—No... No tengo lo que se necesita y yo solo quiero ser boticaria. -Maomao buscaba la forma de escapar.

—Si lo dices por el tamaño de tus pechos, no es excusa. Aquí también hay cortesanas planas.

—Ah...

—¿Y cuál es tu excusa, _____? Tú no eres plana, tienen muy buen tamaño, no como los de las tres princesas, claro, pero son de muy buen tamaño.

—Eh... Eh... Yo soy solo boticaria y me gusta ser boticaria... y ahora tenemos a un paciente esperando. Un caballo lo atropelló y fue gravemente herido... —Esta salido corriendo, seguida por su hermana Maomao.

—Esa vieja siempre queriendo convertirnos en cortesanas. —la peliverde suspiraba.

—Sí, puede llegar a ser muy molesta. Yo tengo muy claro que solo quiero ser boticaria y no aspiro a ninguna otra cosa.

—Yo también.

—¡MIRA CUANTAS HIERBAS! —Señaló _____, con mucha emoción.

Las mellizas estaban recogiendo hierbas mientras hablaban sobre los efectos de cada una.

—Oye, creo que nos hemos distraído un poco y no hemos agarrado lo que necesitamos para hacernos las pecas. -Dijo Maomao.

—Es cierto...

En ese momento apareció un grupo de secuestradores que agarró a las dos jovencitas y las metió en una jaula de madera.

—Secuestradas, que suerte la nuestra... —La peliverde suspiró cruzando los brazos.

—Bueno, al menos hemos sido secuestradas juntas... Solo espero que no nos separen y que estemos bien.


                                         ❦❦❦

—Es increíble que ya hayan pasado tres meses desde que nos secuestraron y nos vendieron al palacio...

—Sí... Solo espero que papá esté comiendo bien.

—Sí, yo también... ¡Quiero comer brochetas de carne! -Dijo la pelinegra mirando al cielo.

—Y yo... Bueno, será mejor que sigamos trabajando.

El palacio interior... El lugar donde están las concubinas del emperador y en donde los "hombres" que hay son eunucos. Personas que alguna vez en su vida fueron hombres completos, pero que ahora son incompletos o que ya no son considerados como hombres.

Un lugar que es considerado el "jardín de flores" del emperador, donde esas mujeres hermosas dan a luz a sus hijos.

Sí, la verdad es que no es tan diferente a un burdel.

Nosotras somos lavanderas. Somos lo más bajo y nosotras no tenemos ninguna importancia, lo cual significa que podemos perder la vida en cualquier momento.
Por encima de nosotras están las concubinas de bajo rango, pero claro, no tenemos lo que se necesita para ser concubinas...

Pecas, baja estatura... planas, bueno... Reconozco que yo disimulo mucho y pongo de mi parte para aparentar ser plana, utilizo vendas, y ropa grande.

—Oigan, ¿saben a donde debo de llevar esto?

—Ah, es para la 9 de Las Glicinas. —Dijo señalando la pelinegra a una dirección.

—¿Es por allá, verdad? Muchas gracias. -Dijo una sonriente Xiaolan.

Sí, la gran mayoría no saben leer ni escribir. Al parecer nosotras dos somos las únicas que saben, pero obviamente decidimos hacernos pasar por unas ignorantes, ya que así es más fácil y los secuestradores no se llevarían ese pago extra por todos nuestros conocimientos.

~𝐹𝐿𝑂𝑅 𝐷𝐸 𝐿𝑂𝑇𝑂~Where stories live. Discover now