💄 25. Reina💄

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Tras hablar con Lidia, Adrián siguió sus indicaciones para llegar al despacho de Aarón, donde este le esperaba. Las manos le sudaban y un hormigueo extraño se apoderó de su cuerpo antes de reunirse con él. Apenas había cruzado unas palabras con él, pero no podía evitar sentirse intimidado por su imponente presencia. No estaba seguro de si se debía a su aspecto formal o al hecho de que fuera alguien tan importante para Nina.

En cuanto estuvo frente a la puerta, a pesar de estar abierta, llamó antes de entrar.

—Pasa, te estaba esperando. Nina se ha quedado en el salón esperando, supongo que mientras estemos reunidos, la acompañará Lidia.

—¿De qué quieres que hablemos?

—¿No está claro? —cuestionó Aarón con voz suave—. Como dominante, Nina es tu maestra, pero mientras aprendes a ejercer como un buen sumiso, yo también lo seré. No obstante, no es a mí a quien debes obediencia, sino a ella.

—Lo sé.

—Supongo que ya podrás intuirlo, pero quiero ser claro contigo. Probablemente tengas que hacer cosas a las que no estás acostumbrado, como estar desnudo o practicar algo de sexo frente a nosotros. ¿Supondría algún problema para ti?

El corazón de Adrián se agitó, aunque era algo que esperaba que sucediera. ¿Cómo si no iban a enseñarle? ¿A través de la puerta?

—Es cierto que no estoy acostumbrado, pero daré lo mejor de mí para complacer a Nina. Si ella no tiene reparos, yo intentaré disfrutarlo a la par que ella.

Aarón sonrió.

—Tranquilo, si eres un buen aprendiz, te aseguro que pronto os dejaremos solos. Nina ya es una experta, solo necesita más confianza en su dominio y refrescar algunas de mis enseñanzas... —Apoyó los codos en el escritorio y juntó sus manos a la altura de su barbilla—. ¿Habéis tenido ya alguna sesión de iniciación?

—Si te soy sincero, no lo sé, aunque algunos intentos sí que hemos tenido.

—Si solo han sido intentos, te aseguro que después de la de hoy, no habrá más ensayos.

Aquellas palabras provocaron en Adrián algo más que un estremecimiento, que intentó no mostrar ante Aarón.

—¿Hay algo que desees con toda tu alma? ¿Algo que tenga que ver con Nina? —agregó.

—Un beso... tal vez.

Aarón sonrió al ver al chico avergonzado, pues había retirado su mirada antes de terminar la frase y parecía que sus mejillas se habían tornado de un leve tono rosado.

—Para empezar, me parece suficiente. Tienes en mente las palabras de seguridad que hayáis acordado, ¿verdad? —Él asintió—. Estupendo, necesitarás tenerlas en mente incluso cuando el placer te nuble.


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Placer culpable  [#PGP2024]Where stories live. Discover now