Acto V: Luna Plateada. Capitulo IV: El secreto de Amarna.

15 2 0
                                    

Durante el tiempo en que las fuerzas rebeldes luchaban en la ciudad de Dhari y la armada divina se reorganizaba tras su victoria en la ciudad de Zorana, la general de los leones Lyris, se separó de sus compañeros para ir a encontrarse con unos misteriosos aliados, escondidos en una región lejana del imperio...

Sin embargo, al llegar al punto de encuentro, la valiente general en vez de ser recibida por un numeroso grupo de poderosos guerreros, termino encontrándose con una enorme fortaleza abandonada hacía ya mucho tiempo, en cuyo interior se encontraba esperándole una dragona blanca de nombre Tikal.

Sorprendida por aquella situación, la guerrera cuestiono el motivo de porque estaba allí, a lo que la misteriosa dragona respondió diciéndole que, ella fue la responsable de contactarla, pues necesitaba su ayuda para infiltrarse en la gran biblioteca de Amarna, pues en ese lugar, encontrarían la forma de acabar con la guerra, animada por las palabras de aquel peculiar aliado, la valiente general acepto el trato y así juntas decidieron partir a la capital del imperio...

De esa forma pasaron varios días de camino a aquella ciudad, mientras lo hacían idearon una estrategia para lograr pasar desapercibidas y tras organizar lo que era el plan de infiltración perfecto, ambas decidieron entrar en acción...

"¡Vamos! ¡Vamos! Tenemos que llegar antes de que se eche todo a perder" [Gritaba un mercader moguma a sus subordinados].

"Estamos avanzando tan rápido como podemos señor, pero no creo que los dragartos puedan seguir aguantando tanto peso" [Respondió uno de los goron que le acompañaba].

"*Suspiro* bueno, bueno, continuaremos con esta velocidad, pero quiero que sepan que, si todo ese licor se echa a perder, ustedes se quedaran sin paga un mes completo... ¡¿Entendieron?!" [Grito nuevamente].

"¡Si señor Rick!" [Respondieron ambos goron].

"*Suspiro* Espero que esto no sea un inconveniente para usted tampoco, Sra.... a... ¿Cuál era su nombre?" [Pregunto el moguma].

Tikal: Soy la Sra. Tikal, Sr Rick. [Respondió con un tono calmado].

"¡Ah sí claro! Qué vergüenza... en fin como le decía, lamento mucho si le estamos siendo una carga Sra."

Tikal: No se preocupe, ya estoy acostumbrada a este tipo de situaciones.

"Ah bueno... es un honor saber eso, es que... lo último que desearía es causarle molestia a un dragón blanco... ¡jejejej... jeje...je...!" [Respondió algo preocupado para luego terminar soltando una risa nerviosa].

Disfrazada como mercader, Tikal se había unido a un pequeño grupo de comerciantes del continente del fuego, los cuales se encontraban de camino a la ciudad de Amarna, pues con la excusa de ser una vendedora errante, esta podía infiltrar a Lyris dentro de la ciudad sin que nadie lo notase, ya que, debido a su fama como "la leona ardiente" su rostro era bastante reconocido en todo el imperio, en especial tras haber desertado el ejército imperial y rebelarse contra Amón.

Escondida entre unas canastas que cargaban un montón de telas y alfombras, la guerrera aguardaba pasivamente hasta llegar a un lugar seguro...

Lyris: (No sé porque decidí esconderme en la canasta llena de alfombras... la temperatura aquí dentro es insoportable, aunque... rasgar mis garras contra la parte trasera de las mismas, me provoca una extraña sensación de satisfacción...) [Pensaba mientras intentaba resistir los deseos insoportables de volver a rasgar las alfombras].

Tras varios minutos de viaje, el grupo de mercaderes finalmente habían llegado a la ciudad capital del imperio, Amarna, una inmensa metrópolis construida en piedra blanca en medio de una vasta sabana de verdes pastizales, con grandes torres, murallas y obeliscos a la entrada de las puertas principales, los cuales daban la bienvenida a todos aquellos que la visitaban.

La Era Olvidada y el imperio PrimigenioOnde histórias criam vida. Descubra agora