CAPÍTULO 17 - SENTIMIENTOS CAMBIANTES

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Era de noche en el departamento de Izuku, el peliverde estaba tumbado en la cama. Hacía una semana que Bakugo había desaparecido, y el chico era, otra noche mas, incapaz de conciliar el sueño, miraba el hueco vacío en la cama, pasando la mano por la almohada y las sábanas que deberían estar ocupadas por el rubio.

Izuku no podía dejar de pensar en las últimas palabras que intercambiaron, y por mucho que pensase no encontraba lógica en ellas.

<No me odies>

Izuku enterró su cara en la almohada, apretándola con los dedos, hundiéndolos en el colchón, aguantando las lágrimas que se abrían paso sin control.

—Tonto...



En una de las calles de la ciudad, en el suelo yacían cinco cuerpos ensangrentados, presentando cortes bastante profundos, de los cuales todavía fluía algo de sangre. Sobre ellos un hombre de pelo rubio y alas rojas, y a su espalda, Toya y Tenko, que sorprendidos miraban la espalda de Hawks.

Este sin girar su cuerpo volteó la cabeza para mirar a su espalda.

—¿Estáis bien?

Tenko estaba apoyado en la pared, temblando y mirando a Hawks con la boca abierta y los ojos casi salidos de sus cuencas del asombro, su mente no podía procesar nada de lo que veía. A su vez, Toya lo miraba también con sorpresa, pues en su mente todo lo que pasó en aquel callejón había sido un sueño y tenerlo allí, ahora era demasiado. Se pellizcó el brazo para ver si estaba soñando.

Hawks acabó por voltearse y limpiando la sangre de la espada, la volvió a colocar en sus alas. Se acercó a ellos a paso firme y se arrodilló frente a Toya, que estaba unos pasos adelantados a Tenko, que seguía incrédulo y cada vez mas alterado.

Hawks pudo admirar la cara de Toya, aquella vez en el callejón fue todo muy rápido y apenas pudo hacer nada, pero ahora, admiraba la fina piel del que una vez fue su mejor amigo, y aunque presentaba algunas leves cicatrices, era la persona mas hermosa que Hawks había conocido. No pudo evitar rememorar esas tardes en las que con apenas seis años jugaban en el parque, desde entonces Hawks sentía algo especial por el Todoroki, una amistad tan fuerte que incluso podía considerarlo su hermano, pero ahora tenerlo frente a él, de adulto toda la nostalgia volvió y sintió que ese sentimiento de amistad se desmoronaba.

Quitándose uno de sus guantes, Hawks pasó su desnuda mano por la cara de Toya, acariciando la herida que le había hecho ese tipo al golpearlo. El peliblanco sintió ese tacto como un escalofrío, haciendo que su cuerpo se estremeciese, sus ojos comenzaron a ver borroso debido a las lágrimas que amenazaban con salir, viendo como frente a él, Hawks le sonreía.

Su cabeza estaba hecha un lio, no entendía nada, solo sabía que el amor de su vida estaba frente a él, y sin dudarlo, el mismo alargó sus manos para sujetar la cara del rubio.

—¿De verdad eres tú?

—En carne y hueso... —respondió Hawks con una sonrisa, volviendo a acariciar la cara de Toya, ahora con cierta dulzura, pues su primer encuentro fue mas actuado, ese beso era para confundirlo, pero ahora, tras pensarlo todo bien, frente a él tenía a su mejor amigo de la infancia, ese chico pelirrojo con el que prometió no separarse, su único amigo en esa época y que debido al malnacido de su padre, murió. Ahora lo tenía frente a él, y aunque no entendía por qué Tachibana le decía que no podría haber nada romántico entre ellos, ya que hasta ese momento, Hawks no se lo había planteado, pues para él, Toya era solo su amigo, aunque eso cada vez empezaba a desaparecer y mutar en algo mas que sentimientos de amistad. No abandonaría el plan, simplemente lo haría de forma distinta a lo que Tachibana le había mandado, al fin y al cabo, el resultado sería el mismo, solo que de esta forma, Toya no saldría lastimado otra vez, esta vez no permitiría que le pasase nada. Aprovecharía esta oportunidad para estar con él, aunque este Toya no fuese su Toya.

Explosión Verde 2: El Retorno del Discurso Maldito (Bakudeku)Where stories live. Discover now