8. Condemned.

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8. Condenado.

ALTAIR'S POV

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ALTAIR'S POV.

Llegue a casa, algo bajoneada por lo que sucedió con el regalo de Rigel pero esperaba que hoy fuera un buen día.

Al llegar Anna me saludó con una sonrisa, noté que habían personas, dos adultos y otra chica mas joven, creo recordar que Anna me había hablado de ellos.

- No me habías contado que era tan bonita. - Dijo la señora amablemente, sonreí pasándome la mano por la nuca. - Ven, siéntate aquí y cuéntame cómo te tratan estos dementes. - Me invitó por lo tanto jale la silla y me senté, noté que la chica me había mirado algo raro, rara ella. - Hay tantos secretos de ellos que no estoy segura de si los querrías más cómo padres. - reí y después me presentó a su familia.

- Anna me ha contado mucho de ustedes. - La señora me sonrió.

- ¿Cómo fue que estuviste en un orfanato hasta los 17? - Preguntó de repente la chica.

- ¡Asia! - Su madre le reprochó.

- Pues, ya que ella sabe tanto de nosotros, yo quiero saber algo sobre ella. - ¿Y esta que? Iba a responderle pero escuché al señor Milligan saludar a Rigel quien el sonreía. Rigel no era mucho de sonrisas, y si las hacía eran falsas pero cuando realmente sonreía cómo ahora de genuino, me hacía perderme en ella.

- Hola a todos, perdón por el retraso. - Aw disculpo llevándose una mano al pecho para sentarse a mi lado, su mano estaba en mi silla alado de mi pierna, y no se por qué motivo pero lleve cuidadosamente mi mano a ella, habiendo que nuestros dedos se tocaran, una corriente eléctrica nos recorrió a ambos y más aún cuando empezamos a jugar con nuestros dedos.

- Altair, por favor, puedes abrir tu. - Acepte parándome de la silla pero igual me entristecí un poco por el poco tiempo de contacto que tuve con él pelinegro.

Al llegar a la puerta me emocioné, era Adeline, have ya tanto que no la veía, me tiré a sus brazos contenta.

- ¿Pero que haces aquí? - Pregunté sonriente.

- La invité yo. - Escuchamos a Anna decir tras nosotras, le agradecí con la mirada, estaban pasando tantas cosas que ver a Adelina me reconfortaba el alma.

- ¿Y como es que saliste?

- Cómo casi cumplo 18, ya me dan permiso de buscar trabajo en la ciudad, pero ayer me llamó Anna y aquí estoy. - Dije contenta. Anna nos invitó a pasar.

...

El almuerzo ya estaba casi dado por concluido pero la amiga de Anna estaba muy interesada en nosotros.

- Me dijo Anna que tu hermana rompe corazones en la escuela. ¿Y tu? ¿Estás orgulloso o celoso? - Mire a Rigel a escuchar la pregunta de la mujer esperando que no dijera una barbaridad.

About you| Rigel Wilde.Where stories live. Discover now