12. Te tengo.

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Todo se encontraba listo para la carrera en el circuito Italiano de Imola. Era importante para Charles tener un buen resultado hoy, ya que su escudería es italiana, y por lo tanto una buena posición los dejaría bien parados como equipo.
Max estaba algo tenso, quería hacer las cosas lo mejor posible, dado a que su última carrera no había sido muy buena y necesitaba mejorar. Quería enfocarse total y completamente en lo que hiciera hoy, pero tenía más de una cosa dándole vueltas en la cabeza. Su padre ya no había estado completamente conforme con el fin de semana previo, necesitaba darlo todo en este. No podía conformarse con poco, tenía que aspirar a más.
Las luces verdes dieron la señal del comienzo del Gran Premio y, todos los pilotos trataron de mover lo mejor posible en el principio para poder ganar posiciones rápidamente. Verstappen iniciaba en el décimo puesto, no muy favorable, pero con esperanza de poderlo mejorar vuelta a vuelta. Necesitaba maximizarlo. Trataba de presionar lo máximo posible, aguantar la frenada lo tanto cuanto pudiera, no gastar los neumáticos, estaba haciendo una carrera magnífica. Todos estaban maravillados con la actuación del neerlandés. Había logrado alcanzar el séptimo puesto en la grilla, y faltaban unas quince vueltas para que la bandera a cuadros flameara. Quería subir al menos una posición más, no estaba seguro de tener tiempo de lograr el quinto puesto, pero el sexto estaría bien si se consideraba que había empezado décimo. Se comprometió a hacerlo y fue a por ello. Vio su oportunidad en una recta y aceleró, cuando lo estaba rebasando y vio el poco espacio que tenía, supo que tenía que hacerlo perfecto, sin margen de error, pero todavía era un novato. Se alteró un poco y al ponerse nervioso, fue propenso a equivocarse. Terminó haciendo un trompo y yéndose contra una de las paredes del circuito.
-¡No, no, no!-exclamó el rubio en la radio.
-¿Max, te encuentras bien?
-¡No, nada se encuentra bien!¡Siempre lo arruino todo!
-Copiado. Te dejaré tranquilo.
El holandés bajó de su monoplaza y arrojó el casco al suelo con fuerza, pateó una de las ruedas y empezó a caminar rápidamente hacia el garaje. No era la primera vez que pasaba, ya tenía los ojos de los medios encima, todo lo que hacía, bien o mal, daba el doble que hablar en comparación a los demás pilotos.
La carrera se dio por finalizada. El monegasco terminó en el séptimo lugar, ya que luego del incidente de Max, el piloto que iba por delante tuvo que frenar para esquivar la situación y él aprovechó la situación. Había sido dentro de todo una carrera buena, pero él estaba más enfocado en su amigo que en su propio resultado. No sabía qué hacer con exactitud, tenía dos opciones: ir y correr el riesgo de que le dijera de todo, como de costumbre, o no ir y entonces correr el riesgo de que interprete que no se importa.
Luego de que el castaño fuera con su equipo caminó en dirección al garaje de Toro Rosso, pero llegó a escuchar algo que lo dejó sin reacción: era el padre de Max y él discutiendo.
-Eres un inútil, Max. No sirves para absolutamente nada, por un momento creí que tu carrera llegaría a ser buena, pero siempre eres así, lo arruinas todo a último momento.
-Lo siento, traté de hacerlo bien pero me ganó el nerviosismo.
-Si sigues así, no solo el nerviosismo te va a ganar. Vas a de mal en peor, no sé cómo en algún punto llegué a pensar que llegarías lejos, si has sido siempre un fracasado. Eres débil, cualquier cosa es suficiente para derribarte. No creo en ti y aún así logras decepcionarme, no eres mi hijo.
-No digas eso, hago lo posible para hacerte sentir orgulloso-respondió mirándolo.
-¡Pues no es suficiente! Me da vergüenza que la gente asocie mi apellido a ti, porque no me representas. Nada de lo que hagas será suficiente jamás, solo me traes disgustos.
-Pero corro en Fórmula 1, eso ya es un logro grande y estoy tratando de mejorar, es solo que no estoy en mi mejor momento.
-Tú jamás estás en tu mejor momento, ni dando lo máximo que tienes llegarías lejos, porque no eres capaz.
-Tal vez si me apoyaras sería un poco mejor. Solo remarcas mis errores, no ves lo mucho que lo intento.
-Repite eso, Max-ordenó.
-No, lo siento, no quise decir eso.
-¡No fue una pregunta, repítelo ahora!
-Tal vez si valoraras mis esfuerzo...-el chico fue interrumpido por un fuerte golpe de parte del padre.
-Vuelves a decir algo como eso y esto te parecerá una caricia, Max-finalizó y se retiró.
Charles ni siquiera dudó en ir con su amigo ni bien escuchó los pasos del padre alejándose. No sabía cómo reaccionaría el ojiazul ante eso, pero pensó que quizás lo mejor era tratar de apoyarlo y tranquilizarlo.
-Max...-habló suavemente.
El rubio lo miró por un momento y luego lo abrazó sin ni siquiera pensarlo. Necesitaba sentir que contaba con alguien, y el castaño siempre era ese alguien con quien Max podría contar
-Tranquilo, te tengo-dijo mientras le acariciaba la espalda.
Verstappen no modulaba ni una palabra, no le salía hacerlo. Él sabía que si hablaba saldría todo lo que tenía atorado en la garganta. No le gustaba mostrarse débil ante otros.
-¿Quieres hablar? Sé que es muy difícil esto para ti y si quieres hablar yo puedo escucharte-sugirió.
-No quiero-contestó tratando de mantener la voz lo más normal posible.
-Que finjas tenerlo bajo control no significa que en realidad lo hagas.
Max suspiró entrecortado y luego rompió en llanto contra el pecho del ojiverde, y Charles maldijo una y otra vez al padre de su amigo internamente.
-Solamente quiero ser suficientemente bueno en algo y no arruinar cada cosa que toco.
-No arruinas cada cosa que tocas, no digas eso. Eres una persona increíble, pero cometes errores, como todos, no puedes ser perfecto en todo.
-Arruino mis carreras, lo arruino con mi padre, lo arruiné contigo. ¿No hay nada que pueda hacer bien?
-Tus carreras no las arruinas, quizás a veces tú te equivocas pero otras tantas lo haces increíblemente bien. Tu padre es una persona demasiado exigente, tú tienes un gran peso en tu espalda y eso a veces te lleva a equivocarte, por estar presionado. ¿Y quién dijo que lo arruinaste conmigo? Yo soy tu amigo, y estoy aquí contigo, no te dejaré solo, sabes que es así-explicó mientras le limpiaba las lágrimas y acomodaba su despeinado cabello.
-Él cree que soy una decepción y que no soy su hijo-dijo mirando directo a los ojos del castaño.
-Y ha de ser muy duro escuchar eso salir de la boca de tu padre, pero yo aprendí que cuando la gente simplemente se decide a pensar negativamente respecto a nosotros, no hay nada que podamos hacer para cambiarlo. Tú eres muy talentoso, Max, y realmente no quiero que lo pierdas por condenarte por lo que dice o piens tu padre.
-Eres el único que cree eso, y eso es porque eres mi amigo-movió la cabeza de lado a lado, negando.
-¿Y porque soy amigo no cuenta? Cuenta el doble, porque te conozco más que cualquiera que te juzga por afuera sin llegar a todo lo positivo que tienes guardado ahí adentro. Te han hecho creer que eres malo, te han hecho creer que eres insuficiente, incluso tú lo has repetido tantas veces que terminas convirtiéndote en eso, pero yo no lo creo.
-Me duele, Charles. Me duele sentir que todos me miran con pena y decepción, no quiero que sea así.
-Entonces haz que cambie, reacciona a ello. Demuestra que eres mucho más que lo que dicen.
-No puedo, no tengo suficiente capacidad como para eso, lo he intentado pero no lo logro.
-Max, mírame-el rubio obedeció-Tú tienes demasiado talento, acércate a cualquier piloto, incluso los mejores actualmente, ellos lo creen. Nadie merece ganar más que tú, corazón. Demuestra que lo mereces, demuestra que eres capaz, y cuando lo hagas y mires hacia atrás, estaré ahí, orgulloso de confiar en ti–dijo el castaño sin dudar una sola palabra.
-¿Lo crees?-cuestionó.
-Estoy segurísimo. ¿Tú lo crees?
-Mmm-ladeó la cabeza.
-No desperdicies todo eso que tienes, úsalo para llegar lejos, porque lo harás.
-Eres un buen amigo. Siempre estás cuando te necesito y siempre sabes qué decir para tranquilizarme.
-No sabía si era lo correcto pero no quería dejarte solo, sé muy bien lo feo que se siente.
-¿Charles?-llamó.
-¿Mhm?-lo miró.
-Gracias, no merezco esto. Te traté fatal.
-Pero ya no estoy enfadado, solo dando un poco de tiempo para que tú te aclares-guardó silencio un momento-¿Sabes? Fuiste mi primer amigo aquí, en la Fórmula 1, y no quiero perder eso, así que seré tu amigo sin importar qué pase.
El neerlandés asintió, absorto en sus pensamientos.
-¿Max?-había algo en como el ojiverde decía su nombre que lo hacía sentir tranquilo.
-¿Dime?
-Siempre que no te sientas bien, cuentas conmigo. Nunca voy a estar demasiado enfadado como para ignorar tus sentimientos.
Charles era tan gentil todo el tiempo que lograba que el neerlandés se sintiera culpable una y otra vez por haber sido tan cruel con alguien que jamás tuvo siquiera una acción con mala intención. Quería cambiar, realmente lo quería, se sentía como un monstruo, sentía que no podía querer a Charles porque terminaría lastimandolo demasiado, pero él era tan bueno, tan atento y tan simpático todo el tiempo que era casi imposible para Max mantenerse alejado. Quería pasar la mayor cantidad del tiempo junto a él, disfrutar de todas esas cosas que lo hacían ser él. Pero volvía una vez al mismo punto: necesitaba aprender a quererlo de una manera sana para no arruinarlo. Poco a poco estaba mejorando, aunque él no lo creyera, pero jamás se sentiría capaz de quererlo de una manera tan bonita y sana cuanto la que el monegasco lo hacía.
Y mientras tanto, Charles sentía todo lo contrario. Se veía tan insuficiente para alguien como Max. ¿Cómo alguien como él se detendría a mirar a una persona tan simple? En el universo que tenía en su cabeza era algo imposible de concretar. Pensaba y volvía a pensar que era mejor correr tanto cuanto pudiera, lejos del ojiazul, alejarse y dejarlo tranquilo. Se esforzaba por captar su atención pero en su mente, era todo en vano.
Max se esforzaba para hacer todo de una forma sana junto a Charles, y Charles creía que jamás podría estar junto a alguien como Max. Cada cabeza con un pensamiento tan irónico cuanto doloroso.

They Don't Know About Us || LestappenWhere stories live. Discover now