IV

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Como era de esperarse. No podía dormir, estuve dando vueltas en la cama por horas, solo me quedaba esperar que el cansancio me haga conciliar el sueño.

Sin darme cuenta los primeros rayos de sol entraban por la ventana, eso me causó miedo pues significaba que tendría que volver a ver a esa mujer.

— ¡Es verdad! — grite. Llevé mis manos a mi boca queriendo que la alfa que estaba a unos metros de mí no haya  escuchado pero,  de pronto unos pasos rápidos se acercaban a la habitación, volví a gritar cuando la puerta fue abierta bruscamente.

— ¿Qué pasó? — se acerca a la Omega. La mira directo a los ojos esperando que está le responda.

— No entres así a la habitación — me aleje de la mirada de la alfa, acaso no se había dado cuenta que estaba en ropa interior.

— Pero vine porque te escuche gritar, pensé que algo malo había pasado.

— Es tu culpa que haya gritado de esa forma, ayer me trajiste aquí sin dejarme traer mis cosas, no tengo nada que ponerme.

— Tu abuela dijo que las mandaría supongo no llegaran hoy, puedes esperarme unas tres horas.

— Me piensas dejar sola aquí, puedes irte si me pasa algo quedará en tu conciencia — le reproche.
Acaso esta alfa tonta no se da cuenta que sigue en ropa interior.

— Es que no puedes acompañarme, no hay... Espacio.

— Me estas jodiendo, dices que no puedo ir en el auto.

— El auto no es mío. Es de mi hermana menor, Por favor confía en mí, en tres horas volveré.

— Me quedaré, que más podría
hacer —  estoy molesta. Como es posible que no tenga un auto, en que piensa irse entonces. Ella se acercó más a mí, tanto que pensé me besaría.

— Tengo que ponerme esto — agarre
una camisa que estaba en la mesa de noche y sali apresurada.

— Alfa tonta — escuche mucho ruido proveniente de donde se encontraba esa mujer, me asome por la ventana y observe como esa mujer salía en una bicicleta con unos, cuadros sobre su espalda.

Cuando mis ojos ya no alcanzaban a verla me aleje de la ventana, me propuse por conocer más sobre el lugar que sería mi nuevo hogar.

Camine de un lado a otro, tocando lo que quería, algo llamo más mi atención y era porque habían muchas pinturas ahí, era muy colorido me encantó demasiado. Ella seguro las pinto, al menos tiene un lado agradable ya que sus pinturas lo hacen ver así.

Que lugar cómodo, estar aquí me trasmitía paz y a causa de eso el sueño se estaba empezando apoderar de mí, seguro es porque esa Alfa tonta se fue y ya puedo dejar de estar alerta.

Me salí de esa habitación, observe el sillón  y como tenía todavía las frazadas de quien había dormido ahí.

Me recoste, el olor era agradable, me hizo recordar a  cuando pelas una mandarina y el aroma se esparse.

Me dormiré en este sillón hasta que venga esa mujer.

(...)

Salí a toda prisa en mi bicicleta.  Apenas reciba mi herencia será un auto lo primero que compre.

Hoy tenía que entregar unos cuadros, con el dinero que me paguen le compraré algo de ropa, no quiero que espere hasta que llegué la de ella.























la elegida  (𝘉𝘓𝘈𝘕𝘒 𝘵𝘩𝘦 𝘴𝘦𝘳𝘪𝘦𝘴)  g!pDonde viven las historias. Descúbrelo ahora