V

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Ya tenía en mis manos el dinero para comprarle las cosas a mi Omega.
Esta mañana cuando la escuche gritar, me asuste como nunca antes en mi vida. Temi que algo le había pasado a ella y solo pensaba en protegerla.

Era la primera vez que me preocupada alguien, no cabe duda que aunque ella es menor que yo será la pareja con la que me una de por vida.

Entre a una tienda de ropa, ignore todas las miradas de las demás omegas. Camine por los pasillos observando las diferentes prendas, estaba pérdida ojala le hubiera preguntando que ropa le suele gustar.

— Puedo ayudarle — dice una mujer alta pelirroja.

— No sé qué comprarle a mi ... Mi Omega — voltee a mirar a la mujer.

— Su color favorito cuál es, a lo mejor eso reduzca las opciones de lo que buscas.

— Gracias por su ayuda pero mejor lo haré yo misma — me aleje de la mujer, sus palabras más que ayudarme me hicieron darme cuenta que no sabía nada de ella.

Eres una idiota. Me dije a mi misma, debiste quedarte con ella para conocerla mejor, no dejarla sola.

Ya estaba por salir de aquella tienda pero un vestido llamo mi atención. De imaginar que Nueng estaría en ese vestido me emociono. Me decidí por comprarlo y regresar a casa.

(...)

Desperté de mi siesta. Al parecer esa alfa tonta aún no llegaba, dijo tres horas y ya pasaron esas tres horas.

Me levante del sillón para ir directo a la cocina, mi estomago pedia comida.

Ni siquiera me moleste en abrir el frigorífico ya que no me sorprenderia que ella ni siquiera tuviera los ingredientes para preparar un buen desayuno, agarre un plátano que estaba con otras frutas.

Salí de la cocina para ir hacia la habitación que ahora era mía pero, el sonido de la puerta principal abriéndose llamo mi atención.

— Hola, ya estoy aquí — cierra la puerta.

— Ya han pasado más de  tres horas, estar aquí es aburrido — le reclame.

— Perdonam pero, te compre esto y espero que te guste —  se acerca hacia la Omega, estira su brazo mostrando el regalo que había traído. No podía dejar de sonreír, ya quería ver su reacción al verlo.

— Te has demorado tres horas por esto — arrebata el regalo de la mano de la alfa. Es un chiste verdad. Dice la menor.

— Perdon por dejarte sola mucho tiempo.

—  Gracias por esto — al sacar la prenda de su bolsa me di cuenta que era un vestido, no era para nada mi estilo, estaba por decirle algo hasta que mis ojos miraron la emoción que tenía en su rostro. Creo le hacía mucho ilusion que me ponga esta cosa.

— Te gusto — pregunte.

— Muchas gracias, esta
muy lindo —  no me quedaba de otra que mentir, no quería que se moleste por no aceptar el regalo.

— Entonces anda cambiate ahora, yo preparare algo de comer.

— Esta bien — fue lo único que dije para después ir hacia la habitación

Aunque el vestido no era para nada mi gusto ella lo había comprado.
Me lo puse, camine hasta verme en el espejo y me veía muy bien ya que resaltaba mis atributos.

Estoy muy confundida. Ella parece tranquila, comparado con todo las cosas feas que dicen.

No puedo bajar la guardia y mostrarme vulnerable, apenas  muestre un comportamiento agresivo me iré de aquí, estoy segura que mi abuela entendería eso.

(...)

— Puedes venir a comer, ya está
listo — grite. Termine de acomodar la mesa, escuche los pasos de mi Omega acercándose hacia la cocina así que lleve mis ojos hacia ella.

— Gracias — dice cortante para sentarse sin prestarle atención a la alfa.

— Te ves más hermosa con ese vestido, hice una buena elección.

— Supongo que sí, mejor dime que quieres que haga en este lugar pues veo que solo somos nosotras aquí.

— Debes tener muchas preguntas verdad. Las responderé después de comer ya que disfrutó el silencio mientras como.

— Esta bien —  el ambiente se torno incomodo a mí parecer, al dar el primer bocado a la comida quedé impresionada, cualquiera pensaría que por ser una alfa de buena familia no sabría nada de cocina pero esto dice lo contrario.

Después de unos minutos ambas terminamos, ella levanto los platos y los lavó.

— Tu vida es así de aburrida.

— Aburrida en qué sentido — pregunta la alfa, ella creía que su vida era buena.

— Vives alejada de la sociedad.

— Y eso es aburrido, no lo veo así la verdad.

— Cuál es tu plan si me dejas preguntar — me de coste en la pared esperando su respuesta.

La alfa no respondió. Solo se limitó a quedarse callada y hacer como sino escuchara a la menor.

— Me ignoras ahora. Dime que has pensado en algo al traerme aquí, o solo pensabas que fuera tu empleada.

Rompí el silencio — De ser así serias tú quien este lavando los platos.

— Te aviso que el hecho que tú digas que soy tu omegas no quiere decir que lo haya aceptado así como así.

— Pues te acostumbraras a mí.

—  Necesito aire fresco — Salí de la cocina rápido, necesita estar lejos de ella. Sentí una enorme alivio cuando ya no estaba en esas cuatros paredes que es mi supuesto hogar.

No creo se enoje si me alejo un poco para conocer mejor el lugar, me decidí por caminar un rato, debo admitir que estar rodeada de árboles es lindo.

— Hola, te has perdido — habla un chico alto, de cabello rojizo.

— No, vivo por aquí de hecho.

— En serio. Entonces eres una mujer fuerte pues no hay nada de civilización por aquí excepto por una cabaña que siempre veo cada vez que vengo de excursión.

— Sí. Es mi nuevo hogar y creeme de poder haber elegido hubiera querido algo serca al mar.

— Genial, me gusta mucho el mar voy cada fin de semana de hecho. Es verdad, ten esto — le ofrece un chocolate que tenia en su bolsillo.

— Gracias, justo quería algo dulce — acepte el chocolate. Me despedí de él, me di la vuelta para regresar a la cabaña pero, ella cruzó por mi lado.

— Alejate de ella.

la elegida  (𝘉𝘓𝘈𝘕𝘒 𝘵𝘩𝘦 𝘴𝘦𝘳𝘪𝘦𝘴)  g!pWhere stories live. Discover now