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La primavera había traído lluvias de cerezo y árboles de ginkgo reverdecientes que le daban una vibra diferente a las cuerdas del violín. A solas, de nuevo en su "escenario", Sooha había practicado las notas que más le costaban y no dejaba de repetirlas hasta que una le saliera. Sus oídos eran muy exigentes y por ello olvidó hacer sus tareas, volviendo a casa por la noche. Minji lo regañó por llegar tarde y lo señaló varias veces con el cucharón de la sopa que había estado preparando. El chico aguantó la risa y se sentó a cenar con ella, esperando terminar pronto para acostarse a leer otra carta.

---Gracias por la comida.

Una vez estuvo aseado y listo para dormir, encendió su velador y sacó un sobre al azar de nuevo.

"La profesora Lee ha sido un dolor de cabeza últimamente. Ha estado exigiendo mucho de mí, pero cuando voy a preguntarle si mis ejercicios están bien, se molesta, baja sus lentes y me mira como si oliera mal. Estar solo con ella es igual que estar en un tribunal. Me da miedo. Y todo ese extraño protocolo para decirme que debo esforzarme más, hasta superarla, cosa que duda y se burla. No quiero decírselo a nadie, porque Lee va a hacerme la vida difícil si voy con el director Go y la delato. No puedo hacerlo.

Así que, no debo olvidar que mi esfuerzo no vale nada si no hago mis deberes como ella quiere que los haga.

Me digo a mí mismo: ¡No seas el inútil de siempre!

¿A alguien más le pasará lo mismo?

Firma: J.H.T".

Sooha frunció el ceño. La tal "profesora Lee" sonaba igual que su profesora de matemáticas. Y el director... ¿Casualidad que también lo reconociera? Tomó el lápiz y encerró esos apellidos en la carta, apagó el velador y se volteó hacia la pared para quedarse profundamente dormido.



(ᴅᴇꜱ) ᴄᴏɴᴏᴄɪᴅᴏꜱ (pausado).Where stories live. Discover now