capítulo 5

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Winny y Satang tomaron asiento en una de las mesas de la cafetería, tras hacer su orden.

— entonces, me conoces desde antes. — Winny inició la conversación. — no el día que me viste en casa de Boom.

— no lo hagas sonar como si hubiera presenciado tu nacimiento. — Satang estaba nervioso.

cuando estaba nervioso pasaban dos cosas: no dejaba de hablar, y lo que habla eran intentos de ser gracioso.

pero, no lo estaba siendo.

— ¿cuándo me conociste? — el otro hizo la pregunta del millón.

— al inicio de los talleres. — si Satang había cometido un crimen, ahora comenzaba su interrogatorio. — ayudé a dejar unas cajas en el sótano, y ustedes ensayaban en su sala.

— ¿entonces?

— me acerqué a escuchar, la canción que tocaban era buena. — Satang suspiró ruidosamente. — y te vi, tú estabas-

— si vas a decir que yo "estaba bueno", me voy.

Satang soltó una carcajada, no era del todo gracioso lo que dijo Winny, pero eran los nervios respondiendo por él. — estabas tocando la guitarra, y eres bueno en eso.

— aquí tienen. — una mesera acomodó frente a ellos sus cafés y dos trozos de cheesecake de fresa.

— gracias. — sonrió Satang.

— ¿me viste y te gusté? — Winny continuó el interrogatorio, si fuese un policía, sería el que no es amable.

— eres atractivo. — Satang sentía sus mejillas ardiendo por decir esas palabras. — te veías genial tocando. luego te conocí, y descubrí que eres aún más genial como persona. la atracción pasó a ser sentimientos por ti. que haga el tonto no significa que no quiera ir en serio contigo. — poco a poco iba hablando más bajo.

— ¿por qué no te acercaste antes? — Winny dió un trago a su café.

— no tuve una oportunidad. aunque te busqué no te encontré por ningún lado. — confesó, lamentando sus malas habilidades como detective.

— Aou, ¿lo acercaste a Boom porque era mi amigo?

Satang clavó su tenedor en el trozo de cheescake. — ¿cómo dices?, ¿en qué momento me convertí en una mente criminal? hasta ese sábado tú no figurabas en el reparto de la telenovela que resultó hacer que esos dos se hablaran.

Winny sonrió. — es tu momento de hacer preguntas. — y así de fácil, comenzó a comer de su postre.

— esto es peor que un: ¿quién quiere ser millonario? — Satang ya no tenía hambre. — dijiste que sientes mucho por mí, necesito una mejor descripción.

— ¿qué quieres oír?, ¿que me gustas? — Satang asintió. — me gustas.

— wow, Winny, ¿dónde tomaste las clases de romanticismo que estás hecho todo un galán? — soltó el otro con sarcasmo. — no te va a matar ser expresivo.

— tus delirios lograron hacer que sienta lo mismo que tú sientes. — Winny le dió otro bocado a su postre, tomándose su tiempo. — al principio te encontré fastidioso, me desesperabas. luego, no entendía porqué no te golpeaba en lugar de tolerar tus momentos de loquito del centro. después me pregunté qué siento por ti. ya sabes la respuesta a esa pregunta.

Satang se quedó en silencio, sentía que en cualquier momento las personas a su alrededor dejarían de comer para comenzar a aplaudir, y de detrás del mostrador saldría un señor de traje diciéndole que esto era un experimento social.

Winny terminó de comer, mientras que su acompañante pidió su postre para llevar, ya que aparte de la puñalada que le dió, no lo tocó. tampoco tomó del café.

necesitaba el estómago vacío para atreverse a preguntar lo que quería saber.

cuando Winny estaba abriendo la puerta, volvió a actuar el impulsivo Satang, a quien rápidamente se había acostumbrado.

el Satang por el que sentía cosas.

el Satang que le gusta.

— entonces, ¿tengo tu permiso para coquetear contigo? — preguntó, batiendo sus pestañas cuando el otro volteó a verlo.

— Satanás, te doy la mano y me tomas el codo. — Winny salió de la cafetería, demasiado tímido como para contestarle que sí podía hacerlo.

quería que lo hiciera.

Satang salió tras él. — disculpa, ¿podrías decirme de qué pastelería saliste, bizcochito?

Winny rodó los ojos, a ese chico se le cruzaron los cables. — estás reciclando piropos. mi traumante "apodo" surgió junto con esa pregunta.

— eres la canción que hace sonar mi guitarra. — habló Satang a sus espaldas.

— cursi.

— si lo bonito fuera pecado, tú no tendrías el perdón de dios. — continuó hablando.

— ya basta.

— no pretendo decir algo bonito, lo que te digo es muy sincero: el cariño que siento es in-

Winny le quitó el celular a Satang. — no puedo creer que estés leyendo: 103 piropos para enamorar a mujeres y hombres.

— en mi defensa, no me esperaba que se presentara esta oportunidad. — Satang recuperó su celular.

— si me harás escuchar estupideces, mínimo que sean creatividad tuya. — Winny volvió a caminar.

— quisiera ser mecánico, para poder meter mano-

Winny le cubrió la boca con su mano, definitivamente no quería escuchar la creatividad del otro. — no quiero oír el final de esa frase.

Satang rió, quitando la mano de su rostro. — ojalá ser mariachi para poder- — Winny volvió a hacerlo callar tapándole la boca.

— no, los piropos no son lo tuyo. otra frase así, y en lugar de ganar mi corazón, vas a ganarte una orden de alejamiento por acoso de mi parte. — Winny lo soltó, para retomar su camino.

— bombón asesino, no seas así. — Satang lo tomó de la mano para que lo esperara. — Winniberto, necesito que me digas si puedo coquetear contigo o no.

— lo has estado haciendo desde el primer día. — siguió caminando.

— necesito que sea oficial. — insistió Satang.

Winny se volteó, lo sujetó por las mejillas y dejó un beso tan corto y rápido en sus labios, que Satang creyó que alucinó.

— ¿sí? lo voy a tomar como un sí a poder coquetear contigo. — comenzó a balbucear, quedándose de pie a mitad del camino — ¿me besaste porque te gustó más que te llame Winniberto que bombón asesino? momento, me besaste. — tocó sus labios, sin creerlo.

— ¿vas a quedarte ahí hablando solo? — Winny había cruzado la calle, tampoco podía creer que lo hubiera besado.

Satang cruzó, tomándolo de la mano para que no volviera a huir. — ahora serás testigo de mis verdaderos delirios, Winniberto. — advirtió.

— ¿existe un apodo peor dentro la lista de posibilidad? — se atrevió a bromear.

— si lo dices de esa forma, lo tomo como un desafío. — y no, Satang no bromeaba con eso. 

¿Dijiste dos? | WinnySatangWhere stories live. Discover now