Capitulo 8

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Parte 2: El Lobo y El Fantasma

Iluminando solo con la linterna de su móvil, Chloe Kennedy atravesó uno de los oscuros pasillos, llegando al salón que indicaba el mensaje de texto que había recibido. Hasta hace poco más de veinticuatro horas, Chloe y Collin Summers eran la pareja más envidiada de toda la secundaria Abrahams.
Sin embargo, todo cambió cuando Chloe recibió una fotografía en su mensajería instantánea. En la foto se veía a Collin abrazando a otra chica y acercando su rostro al suyo.
La garganta de Chloe soltó un rugido de ira y frustración, y lanzó su teléfono contra la pared, destrozándolo.

Al día siguiente, después de comprar un nuevo móvil, Chloe se despidió de su madre antes de ir a la escuela.
-Ve con cuidado cariño- le dijo su madre mientras revisaba unos papeles junto a su asistente.
Su madre, elegante y con una larga melena dorada, era la primera alcaldesa de Maddison Falls y siempre debía mostrar elegancia y clase. Mismo valor que le había inculcado a su amada hija.
Chloe esperó en la entrada de la inmensa propiedad de sus padres, con los brazos cruzados y el ceño fruncido, esperando la llegada de su amado Collin en su Cadillac. Sin embargo, cuando subió al vehículo, se encontró con Jung Sung, el compañero de Collin, en el asiento de atrás.

-Buenos días, señorita Kennedy-, saludó Jung Sung con una sonrisa.

-No hay nada de 'buenos'-afirmó Chloe una vez que el auto comenzó a moverse. Sin apartar la mirada del camino, añadió: -Quiero terminar.

Hubo un silencio incómodo, solo se escuchaba el ruido del motor del Cadillac. Chloe no recibio respuesta.
Y después de volver al mirada vio a Collin, con los auriculares puestos y moviendo la cabeza al ritmo de la música, ni siquiera parecía prestar atención.

-¡Hijo de puta!-exclamó Chloe, golpeando a Collin con su bolso de diseñador.

-¿Qué carajos te pasa?-la miró Collin después de quitarse los auriculares. -¿Te has vuelto loca?

-¡Voy a matarte!-soltó Chloe, golpeándolo con sus manos.

Collin intentaba apartarla mientras trataba de mantener el control del vehículo.

-Tal vez deberíamos callarnos-, propuso Jung desde atrás, pero antes de que pudiera terminar la frase, el bolso de Chloe salió disparado contra su nariz-¡Carajos!

-¡Podrías calmarte, mujer!- le gritó Collin.

-No me digas lo que tengo que hacer-, lo amenazó Chloe con su bolso. -¡Estoy calmada!

Cuando el vehículo por fin se detuvo en el estacionamiento de la escuela, Chloe ya había recuperado la cordura, pero no la calma. Se apresuró a peinar su dorado y largo cabello con la ayuda del retrovisor, sin siquiera mirar a Collin, y dijo: -Solo te pedí una cosa. ¡Solo una cosa! Seamos el rey y la reina del baile de esta promoción, pero no, como todo lo demás, tú vas y la cagas.

-¿Qué esperas que diga?-la miró Collin. -Eso simplemente pasó y ya. Me sentía asfixiado con todo.

-¿Tú te sentías asfixiado? Yo soy quien tiene que mantener la mejor imagen de la maldita escuela, seguir una dieta estricta y hacer todo perfectamente para que mis padres vean que soy más que una niña blanca más del montón. ¿Y tú te sientes asfixiado?- Las lágrimas comenzaron a caer por la barbilla de Chloe.

Collin golpeó el volante del auto con sus enormes manos y gruñó. Salio del auto y cuando intentó caminar, Chloe lo alcanzó y lo agarró del brazo para que la mirara. A pesar de ser mucho más alto que ella, Collin la miró a los ojos.

-Por lo menos podrías haber dicho que era una mentira-, le dijo Chloe.

En ese momento, Jung Sung también bajó del vehículo, pero decidió mantenerse a una distancia prudente, intuyendo que era mejor no intervenir en la discusión.
Al recibir solo silencio como respuesta, Chloe soltó a Collin y, llorando aún más, comenzó a caminar entre una chica de piel morena que usaba anteojos y un chico desconocido para ella.

Collin, finalmente reconociendo su error, murmuró: -Creo que la cagué.

-Amigo i estás tan seguro de ello, ve y búscala- le aconsejó Jung.

Con determinación, Collin se encaminó detrás de Chloe, tropezando en el camino con el chico nuevo.

-¡Fíjate!-gruñó Collin.

Llegando así al final del día, Collin le envió un mensaje a Chloe citándola para hablar y poder arreglar las cosas entre ellos. Decidió encontrarse con ella en uno de los salones cercanos a los vestidores del equipo de fútbol.

Cuando Chloe llegó al lugar, alumbrando con la linterna de su móvil, quiso abrir la puerta frente a ella-: ¿Collin?-Al no recibir respuesta vovio a hablar -¿Collin?. La puerta del salón se abrió despacio y desde la penumbra apareció un enorme ramo de rosas. Detrás de él, surgió el rostro sonriente de Collin.

-¡Tada!-, dijo Collin, manteniendo su sonrisa y tendiéndole el ramo-Son para ti.

Aquello no era más que un intento desesperado por reparar lo irreparable, por recuperar el amor de Chloe, quien alguna vez había conquistado su corazón. Collin había cometido un error, un desvío momentáneo que había utilizado como desahogo, y ahora, consumido por el arrepentimiento, buscaba una nueva oportunidad.

Las manecillas del reloj parecían moverse lentamente mientras Collin esperaba a que Chloe dijera algo. Ella lo escuchó con una expresión impasible, apenas disimulando el torbellino de emociones que la escena frente a ella le provocaba.

Collin dio un paso hacia adelante, extendiendo el ramo de rosas. Hubo un largo silencio y, con los labios fruncidos como toda una niña malcriada, Chloe aceptó el ramo de rosas.

-¿De verdad estás arrepentido?-, preguntó ella, alzando las cejas.

-Claro que lo estoy. Tuve todo el día para pensarlo-, respondió Collin encogiéndose de hombros.

Con una sonrisa mal fingida, Chloe se acercó a una papelera cercana. Frunciendo el ceño, lanzó el ramo de rosas al interior del bote, mostrando su descontento.
-Pues, no es suficiente- pataleó ella, expresando su frustración.

Mientras el berrinche de Chloe continuaba en el pasillo, un ruido resonó al final del mismo.

-Pero es un inicio-, volvió a hablar Chloe, clavando una uña en el enorme pecho de Collin. A pesar de su gesto desafiante, le sonrió. Sin embargo, la sonrisa no tardó en desvanecerse cuando escuchó un fuerte gruñido al fondo del pasillo.

De entre las penumbras, surgió una criatura aterradora. Tenía un cuerpo enorme cubierto por un grueso pelaje, hombros anchos, orejas parecidas a las de un murciélago y un largo hocico plagado de dientes afilados. La criatura los había estado observando desde las sombras, como si fueran sus presas. En ese momento, el miedo se apoderó de ellos, dejando escapar gritos llenos de horror...

Bienvenidos a Maddison FallsWhere stories live. Discover now