Lust For Life ⸻ ❝Riverducción❞

35 | Déjala conmigo

—¿Qué estarán hablando?— Susurró Samy tomando la mano de su novio—. ¿De mi salud?

Félix volteó hacia ella, encontrándose con una mirada cansada y de malestar. Su corazón se apachurró por completo al verla así y mucho más al escuchar el tono en que había hecho las preguntas.

—Seguro están viendo que te harán— La intentó tranquilizar—. Tranquila amor, hoy te hicieron los estudios, ya pronto sabrán qué tienes.

Samy asintió sin fuerza.

—Me siento peor que ayer. Mi voz está extraña, ¿Lo notas? Está a nada de ir...

—Descánsala. No te esfuerces mucho, tranquila, mañana estarás mejor.

Antes de responder, la puerta de la habitación se abrió, donde el doctor entró seguidamente de la madre de Samantha. Se acercó a ambos y se colocó enfrente de la camilla.

—Buenos días— Llegó hasta el lugar. Félix respondió por Samy en ese momento al acariciar su mano—. Bueno, Samantha— Aclaró su garganta—. Ayer que llegaste también checamos algunas cosas y hoy volvimos a hacerlo. La cosa aquí es que es bastante raro lo que vimos, por eso volvimos a hacerlo.

—¿Qué fue lo que vio?— Preguntó Félix.

Rosario llegó hasta ambos, tomando la mejilla de su hija en una caricia de cariño.

—El cuerpo de Samantha no alerta algún problema, no sale ninguno— Los miró—. No encontramos algo extraño en sí, su sistema esta a la perfección pero físicamente se nota que está agotada, su expresión es de dolor pero los estudios sólo alertan que su presión está baja. Por eso mismo nos hemos encargado de checar esto, la enfermera lo checó en la mañana, ¿No es así?— Samy asintió—. Salió perfecta.

—¿Cómo puede ser que no salga nada?— Félix se enderezó—. ¿No ve cómo está? Su cuerpo reacciona mal, se queja de el dolor y viene a decir que los estudios salen perfectos.

Samy volteó con él, no esperaba que se molestara por eso.

—Por eso mismo volvimos a hacerle los estudios, en la madrugada vendrán, es lo más seguro. Por favor, les pedimos que esto es con calma, mientras seguiremos checándola cómo hasta ahora.

Después de terminar la conversación, el doctor salió de la habitación, después de eso, Rosario avisó a la pareja que iría por algunas cosas a la casa y regresaría para estar toda la tarde con ellos. En aquel transcurso, quién fue a visitar a la rubia, fue Osvaldo, el cuál venía acompañado.

—¡Hola enano!— Habló con ese tono peculiar, tratando de relajar el ambiente que se notaba en la habitación. Stephanie, quién venía junto con él, observó ma había con lentitud, entrecerrando los ojos al visualizar algo extraño—. ¿Te sientes mejor?

Samy se encogió de hombros mientras en sus labios se formaba una sonrisa cansada. Volteó al costado de su amigo, encontrándose con la chica con la cual había congeniado hace poco.

—Hola Samy, ¿Qué tal todo?— Sonrió amable. Samy le respondió de la misma manera. Steph volteó con Félix esperando una respuesta clara del porque no respondía del todo bien.

—Le arde al hablar.

—¿Ya saben qué tiene?— Félix negó—. ¿Qué? ¿Por qué?

—El doctor dice que en los estudios no salió nada, absolutamente nada. Que supuestamente se encuentra sana cuando obviamente no es así.

—¿Cómo va a salir que no tiene nada?— Interfirió Osvaldo—. ¿Qué no la ve o qué pedo?

—¿Nada? ¿De verdad?