Cartas a mis amores fallidos

Carta 10

Bueno, me demoré casi un año en escribir otra carta, es un avance, ¿cierto?

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Querido amor...

Recién tengo el valor para escribir esta carta y es que, creo que todavía no aceptaba que ya no hay nada entre nosotros y a decir verdad, nunca hubo nada entre nosotros.

Desde el principio ambos sabíamos que lo que pasaba entre nosotros solo era para pasar el rato pero como todas las situaciones así, uno siempre olvida como inicia y se va enamorando, en este caso fui yo.

A veces toca ser solo un momento en la vida de alguien, pero yo no quería ser un momento, yo quería estar toda la temporada completa, yo quería estar la estación entera pero no siempre se hace lo que uno quiere, ¿cierto?

Estar contigo era muy fácil, reírnos y querernos era sencillo, tú con tus ocurrencias y yo con mis disparates. A vista de todos éramos como la pareja perfecta pero a tu vista siempre me dejabas en claro que no querías una relación y que no creías en ese tipo de cosas por relaciones pasadas.

Pero como dicen por ahí: "Nadie se muere de amor, ni por falta ni por sobra." Creo que cuando por fin decidimos dar un paso atrás en todo esto y terminar con lo que sea que teníamos no me sentí totalmente acabada; sabía que entre tú y yo nunca hubo algo más que los "amigos con derecho", sabía que aunque me decías que me querías no lo demostrabas con hechos, sabía que cada que te decía para hacer algo más allá de vernos en donde siempre y me decías que no tenías tiempo lo hacías porque no querías que la cosa se pusiera más seria y poco a poco, sabía que esto ya se iba a terminar porque así como tú, yo también me estaba cansando.

Estaba cansada de no saber en qué punto nos encontrábamos, que cada que alguien nos preguntaba si éramos pareja tu te quedabas callado y no negabas nada de lo que decían acerca de nosotros, no me aceptabas pero tampoco me soltabas.

Cuando me dijiste: "estoy cansado de tu actitud" fue un choque de realidad tan fuerte que en el momento no reaccioné pero después de analizar tanto si me dolió y mucho. Siempre me echabas la culpa de todo y yo siempre te ponía como el héroe que no hace nada porque me había acostumbrado a que en todas las historias yo quedará como la mala.

Lo bueno de escribir es el sentimiento de liberación que viene después de eso, supongo que debo agradecerte, al menos me diste una experiencia bonita, lo malo es que yo sé querer demasiado y cuánto mayor es tu capacidad de amar, mayor es tu capacidad de sentir dolor; ahora si me despido, recién pude escribir esta carta porque sabía que una vez que la escribía ya no habría marcha atrás y de verdad terminaría todo. Adiós

Con mucho amor y tristeza,
Una joven que se enamoró del pudiera sabiendo que nunca existiría.