، 🐺 : Eres un sueño, vida mía.

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Al llegar a la camioneta su corazón se partió un poco, Jimin estaba sentado con las piernas flexionadas y las abrazaba con fuerza contra su pecho, su rostro estaba oculto entre ellas, el alfa se sentó adecuadamente a su lado y se dedicó solo a acariciar sus lacios cabellos para tratar de que lo mirara.

—Jim, amor... ¿puedes mirarme un momento? —escuchó el suspiro proveniente del menor y lo vio alzar la vista, sus ojos llenos de lágrimas y sus mejillas mojadas—. Todo está bien ahora, no volverán a lastimarte de ninguna forma —el labio inferior de Jimin tembló.

—Te juro que siempre me defiendo —su mirada era triste—. Lo intento, no dejo que me vean triste, eso los haría ganar.

—Y yo te adoro por ser tan valiente —sonrió y pasó el dorso de los dedos por la mejilla del omega—. Eres muy fuerte, todos lo sabemos, pero no está mal pedir ayuda, sé que tú lo has hecho pero tus profesores son unos idiotas por no intervenir —hizo una mueca de disgusto—. Yo me encargaré de que esos chicos jamás vuelvan a meterse contigo —tomó la mano de Jimin entrelazando sus dedos y besó su dorso.

—Gracias, eres el mejor alfa —su sonrisa era pequeña, no llegó hasta los ojos pero parecía más calmado.

—Cada vez que dices algo bueno sobre mi, mi pecho vibra de orgullo —sus hoyuelos se hicieron presentes, se estiró un poco en el asiento y rodeó al menor en un abrazo por los hombros, Jimin desdobló sus piernas y se acercó al tacto para acurrucarse a su lado, olfateó el cuello del alfa y tomó una calada profunda de la tierra húmeda y tabaco.

—A mi me pasa lo mismo cuando me dices apodos lindos —sonrió tímido mirando al frente, un lindo tono rosa se dejaba ver en sus mejillas—. Gracias por defenderme —sus ojos se dirigieron a los verdes.

—Lo haré por el resto de mis días si tú me lo permites, vida mía —dejó un beso rápido en sus labios y miró hacia afuera de la camioneta para hacerle una ceña al chofer de que podía entrar—. Perdón por hacerte esperar, Zico.

—No hay problema, joven —el chico era un beta no mucho mayor que Jungkook, trabajaba de vez en cuando en la casa Jeon pero con la situación de Jungkook, fue contratado de tiempo completo para que fuera su chofer.

—¿Podrías llevarnos rápidamente al hospital? A Jim se le está haciendo algo tarde —tenía una mueca de pena en el rostro pero no soltaba su agarre en los hombros del omega.

—Por supuesto, llegaremos de inmediato —asintió el empleado.

El camino fue rápido y seguro, Jimin llegó unos minutos antes de su entrada y se despidió del alfa con la promesa de que lo vería a la hora de su salida para llevarlo a la casa de su paciente nocturno.

Así fue, Jungkook y Zico recogieron a Jimin pasadas las 10:30 pm para llevarlo a su empleo. Al día siguiente la rutina fue la misma, recoger a Jimin muy temprano para llevarlo a su casa y que pudiera alistarse para el colegio, Jungkook no podía llevarlo pero Hyunbin haría el trabajo como siempre.

A la salida de la escuela, el alfa y el omega volverían a encontrarse para llevar a este último al hospital, pero con la pequeña diferencia de que comerían juntos ya que el alfa debía quedarse para un chequeo con el doctor Moon.

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—Jeon Jungkook pase al consultorio de endocrinología —una enfermera dijo su nombre así que el mencionado se puso de pie y caminó hacia donde se le indicó.

—¡Jungkook, que gusto verte! —el beta saludó sonriente—. ¿Cómo te has sentido? —cuestionó.

—Muy bien —asintió seguro—. Mi alfa está... digamos más tranquilo estos días, no he tenido ningún problema.

where we land › kookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora