Silent Love- Edward Cullen

"𝐏𝐦𝐮𝐚.𝐄"

Cuando desperté al día siguiente y baje a la cocina pare en seco al ver una gran caja blanca en la mesa adornada con un listón rojo. Me acerque y compre la existencia de alguien más además de la mía en la sala, pero no había nadie.

Debatí en sí abrir o no el obsequio, pero decline el pensamiento ¿y si era de mi padre?

¿Pero quién podría darle un regalo envuelto de esta manera? Es muy romántico y ordenado, pensé en las posibilidades de que sea un regalo de mi padre para otra persona y la idea me saco del molde. Nunca habíapensado en la posibilidad de que mi padre corteje a una mujer porque en mis dieciocho años de vida mi padre solo ha tenido una visita regular y era de Mollory una chica un poco más joven que el que venía a visitarnos cuando yo tenía trece años.

Pero por alguna razón en la historia ya no la volví a ver luego de la navidad de esos años. Papá no mostró ningún indicio de extrañarla, aunque nunca me confesó que tenía alguna relación con ella además de amigos, pero sabía que muchas mujeres estaban interesadas en mi padre. 

Como la señora que dirige la cafetería del pueblo o la dueña de la tienda del centro, pero Josh nunca pareció interesado. Así que aquí estoy alejándome hasta que vislumbre una etiqueta del lado izquierdo de la caja, interesada me acerque y la leí.

“Un regalo de graduación, no acepto rechazos. El tamaño de la caja es una exageración, pero no había una más pequeña en la tienda.

Con amor, Edward”.

Alce las cejas y me lleve las manos a las mejillas intentando no ponerme roja. 

-Buen día, mi amor ¿ya abriste el paquete? Ese chico se lució.

Tararé en respuesta y luego lo mire con los ojos entrecerrados.

-¿lo viste antes que yo?

Él se sirvió café y negó con la cabeza.

-No, me hubiese gustado, pero el moño parece complicado de volver a hacer. 

-Ya lo creo, yo no podría hacerlo de nuevo. ¿Qué hago? No lo quiero arruinar.

Me lamenté de la bella envoltura, con un moño de seda. Edward no debería empaquetarlo tan preciosamente porque da pena abrirlo. 

-Hazlo, por favor, tengo curiosidad. 

Papa se sentó frente a mí como un niño mirando un jarrón de dulces. Sonreí y negué. 

Tome el extremo del moño y tire de él, la cinta se desató solo con un movimiento y cayo delicadamente sobre la mesa. Tome la tapa de la caja y la abrí, asome mi cabeza y fruncí el ceño.

Es un… vestido. Tome la prenda y la extendí, era de color champaña, muy elegante. Papá levantó las cejas. 

-¿para qué cosa importante es eso?

-No tengo idea, papá. Tal vez para cenar- supuse y lo volví a dejar en la caja- es hermoso.

-Lo es. ¿Volviste con él, hija?

Evadí ese tema sirviéndome café.

-Porque si él tiene estos detalles es porque sigue sintiendo algo por ti, aunque eso ya lo veía venir.

-Aún no hemos vuelto.

Josh me observo con confusión.

-¿no?

Negué sentándome. 

-No, no hemos hablado de eso- murmuré.

Papá noto mis ganas de no querer hablar de la situación así que cambio de tema.