Capítulo 31

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Pasé un largo día en el hospital, al salir de allí Terry no estaba y otro oficial llego por mi para llevarme a un hotel, en la salida me encontré con el bombero que me saco del auto, era alto, rubio, de tez clara y ojos verdes, era simplemente enc...

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Pasé un largo día en el hospital, al salir de allí Terry no estaba y otro oficial llego por mi para llevarme a un hotel, en la salida me encontré con el bombero que me saco del auto, era alto, rubio, de tez clara y ojos verdes, era simplemente encantador y su sonrisa era hermosa.

- ¿Halley cierto?

- Si. - Dije con una enorme sonrisa y peinando mi cabello detrás de mi oreja, realmente estaba muy nerviosa por alguna extraña razón.

- ¿Cómo estás?

- Bien, con una luxación en el pie izquierdo y mucho dolor de espalda, pero bien.

-Fue una pregunta tonta, perdón.

- Esta bien. - Dije riéndome. - Quería agradecerte por sacarme de allí, lo siento olvidé tu nombre. - Dije viendo hacia el suelo.

- Richard White. - Dijo extendiéndome la mano.

-Halley Messer. - Dije estrechando su mano.

- Es un verdadero gusto conocerte Halley. - Dijo sonriendo.

- Ya puedes soltarme la mano. - Dije apenada.

-Lo siento. - Dijo nervioso.

-Esta bien, ¿Puedo preguntarte algo?

- Por supuesto.

-¿Cuantos años tienes? Es que luces muy joven para ser bombero.

-Tengo 23. - Dijo riéndose. - ¿Y tú?

- 20. - Dije mientras jugaba con mi cabello.

-Bien creo que entonces si puedo invitarte a salir.

Comencé a sentirme mareada, todo daba vueltas y mi vista se comenzó a nublar, tenia un horrible zumbido en mis oídos. Richard me hablaba y no lograba escuchar nada de lo que me decía.

- ¿Que?

Sentía una sensación muy extraña y sin darme cuenta Richard me cargo, recosté mi cabeza sobre su hombro, era muy fuerte y musculoso, me recostó sobre una camilla y llamo a un doctor y rápidamente me evaluó, dijo que todo estaba en orden y que iba a sentirme así toda la semana debido a las pastillas que tenia que tomar ya que eran nuevas y esos eran sus efectos secundarios, me explico que no debía manejar, ni tomar, no podía subirme a un avión ni tampoco hacer esfuerzo físico durante esa semana. El doctor también dijo que no había razón por la cual tuviera que estar en el hospital y que podía irme, cuando estaba sentándome Richard me extendió su mano para ayudarme a bajar, en ese momento Terry entro al hospital y nos vio, su rostro cambio de un momento a otro, de estar preocupado paso a lucir serio, parecía molesto, camino hacia nosotros y me aparto de Richard, vio el vendaje de mi pierna y el raspón en mi frente y acaricio mi rostro.

- ¿Estas bien?

- Si estoy bien.

- ¿El esta molestándote?

Confía o muere. (1/2) En EdiciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora