Soy Chiara

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Cuando llego al recinto suspiro pensando que la mejor decisión que he tomado es no traer mi coche. Mi teléfono vibra, es mi amiga que me envía un WhatsApp.

Denna: Espero que estés ya en el lugar de la cita.

Violeta: Por un momento pensaba que te habías olvidado de mí.

Denna: En veinte minutos me olvidaré de hasta como me llamo.

Violeta: No quiero detalles sobre lo que vas a hacer, cochina.

Denna: ¿Ya la has visto?

Violeta: No he entrado.

Denna: ¿A qué esperas?

Violeta: No me pongas nerviosa, y déjame comprar la dichosa entrada.

Mi amiga no me sigue escribiendo, me dirijo a las taquillas y saco mi entrada. Al entrar hay mucha más gente de la que me esperaba y me dirijo al pabellón que me dijo Denna. Mi sorpresa es cuando levanto la cabeza y leo: Pasaje del Terror.

—¿No había un sitio más grande para quedar? —susurro.

Me pongo a un lado de la cola de entrada, miro a mi alrededor esperando encontrar a mi cita. Decido llamar a mi amiga.

—Ya estoy aquí y no veo a nadie, gente hay, pero ninguna loca esperando por otra loca para tener una cita.

—Relájate, me dijo que iba a tardar un poco, siéntate, en cinco minutos imagino que estará contigo.

—Esto no ha sido buena idea, Denna, ni siquiera sé cómo es, ni su nombre.

—No seas pesada, no necesitas saber nada.

—¿Almudena, hay algo que no me estás contando?

—A ver, no te enfades. No sé quién es realmente...

—Me largo de aquí.

—¡No!—grita—. Es hermana de una compañera de trabajo, es de fiar. Te vas a quedar y vas a esperar que aparezca y si la cosa va bien, te das una alegría al cuerpo que te hace mucha falta.

—¿Qué sabrás tú?

—Vivo contigo, guapa, y los únicos gritos que salen de tu habitación es cuando Beyoncé saca álbum.

—Eres demasiado cruel. He decidido que en fin de año me vas a invitar a comer un solomillo en algún restaurante súper pijo.

—Perfecto, ahora compórtate que yo tengo cosas que hacer—comenta riendo.

—Disfruta.

—Tú también, mañana te llamo.

No deja que me despida, fue escuchar a Alex llamarla y colgar el teléfono. Hace un frío que pela y yo sigo esperando por la chica misteriosa. Estoy apoyada en un murito que hay cuando se acerca un baboso, al principio intento ignorarlo y me pongo a mirar el móvil.

—Hola. ¿Estás sola? —me pregunta mientras yo trato de ignorarlo.— ¿Estás sola? —Insiste el ser que tengo a mi lado.

Levanto la cabeza del móvil y lo miro a los ojos.

–¿Es a mí? —pregunto intentando parecer sorprendida.

—Sí claro, no hay nadie más.

Miro a mi alrededor y hay gente por todos los lados, de hecho, hay una pareja un poco más allá de donde estamos y un grupo de chicos un poco más adelante. Él, al ver que miro alrededor decide hablar.

—Vale, sí, hay mucha gente, pero mi pregunta era para ti. ¿Estás sola?

Joder qué pesado, no se da cuenta de que no quiero contestar, pero antes de que suelte una bordería siento como alguien entrelaza su brazo con el mío, miro a mi lado antes de poder reaccionar.

Kivi- One shots Where stories live. Discover now