Kapitel 08

228 33 9
                                    

Un gran silencio se hizo presente, y suguru no tenía idea alguna de como responder.

Giró ligeramente su cabeza para observar a satoru, quién trataba de esconder su rostro en su pecho tratando de encontrar tranquilidad, retorciéndose mientras escalofríos incómodos asaltaban su cuerpo y un calor intenso nublaba su mente. 

Al ver el rostro aturdido y confundido del pelinegro, shoko entendió que debían actuar rápido.

— Suguru, lleva a satoru a su habitación, conseguiré supresores fuertes e iré a dejártelos.

Y el omega que había provocado el ciclo de calor del albino fue detenido por la castaña, al ver que este trataba de seguirlos a ambos.

— A dónde lo llevan? Él es mi pareja destinada, lo mejor es que pase su ciclo de calor conmigo.

— Eres idiota? Provocaste su celo a propósito, sabías perfectamente que sufre desequilibrios con las feromonas, no es así? — estaba demasiado molesta, pero no quería lidiar y arruinar su día  por una persona así — creo que lo mejor es que te vayas, si lo que dices es cierto, no regreses hasta que satoru se encuentre mejor.

Estrictamente se ocuparía de eso más tarde, justo ahora estaba más preocupada por satoru.

Por otra parte, al llegar a la habitación suguru recostó suavemente al ojiazul en su cama, pero verlo en ese estado no hizo más que paralizarlo.

No podía hacer nada para ayudarlo? Verlo así de afectado por otra persona lo estaba volviendo loco, él mejor que nadie entendía perfectamente la sensación de anhelo al ver a tu pareja destinada por primera vez, a satoru le estaba pasando exactamente lo mismo?.

La brillante idea de liberar un poco de feromonas cruzó su mente, si los desequilibrios de feromonas eran ciertos, probablemente unas feromonas familiares ayudarían a estabilizar mejor a satoru.

Sin embargo, esto provocó todo lo contrario.

— Duele....— satoru apenas podía hablar, pues las feromonas de suguru no estaban haciendo más que asfixiarlo y las náuseas empezaron a hacerse presentes en su estómago, mientras su rostro se tornaba cada vez más pálido.

Esto no debería estar pasando, tal vez si libera un poco más podría llenar la habitación solo de sus feromonas, así ningún olor podría estar alrededor de satoru y este se acostumbraría a ellas. 

Formas inimaginables de ayudar al albino venían a su mente, y la idea de no poder hacer una marca en su nuca era tan insoportable que lo hacía sentir impotente. 

— Que estás haciendo?!

Shoko intervino de manera repentina, pues al llegar a la habitación pudo encontrar al pelinegro encima del albino, sosteniéndolo fuertemente de sus muñecas y sin dejar de soltar feromonas que terminaron de llenar la habitación por completo. Rápidamente tomó a suguru del brazo, separándolo bruscamente de él.

Al caer inesperadamente hacia atrás, la imagen de un satoru sollozando con la mirada aterrada y abrazándose a si mismo lo hizo reaccionar. 

"Qué es lo que acabo de hacer?"

Que era lo que había cambiado? Estaba sucediendo de la misma manera que en el pasado. 

— Satoru, yo...

— Necesito que salgas de aquí — la castaña entendía que no era culpa de suguru el pensar u actuar de esa forma, siempre ha sido una persona inestable que inconscientemente trataba de mantenerlo todo bajo control— puedes venir a verlo más tarde.

 Después de todo su intención jamás fue lastimar a satoru, no deseaba nada más que estar ahí y ser él quien pudiese calmarlo. Antes de salir de la habitación, lo miro una última vez, pues esos zafiros brillantes aún estaban observándolo irse.

S𝖈𝖊𝖓𝖙 |  S𝖚𝖌𝖚𝖘𝖆𝖙𝖔 [ 𝖆𝖑𝖋𝖆 𝖝 𝖆𝖑𝖋𝖆 ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora